CIUDAD DEL VATICANO (AP) — El Vaticano y Mianmar acordaron establecer relaciones en momentos en que el país de mayoría budista está siendo acusado de represión étnica y religiosa.
El anuncio se dio el jueves, cuando el papa Francisco se reunió con la principal dirigente civil de Mianmar, Aung San Suu Kyi.
El pontífice recibió a Suu Kyi en el Salón de Tronos del Palacio Apostólico, un honor usualmente conferido a jefes de estado. Conversaron por más de 20 minutos y Francisco le obsequió ejemplares de sus escritos y un ejemplar de su discurso en ocasión del Día Mundial de la Paz celebrado por la Iglesia Católica este año, titulado: "La No Violencia, Un Estilo de Política para la Paz”.
El gobierno de Mianmar ha sido criticado a nivel internacional por sus acciones en el estado occidental de Rakhine, donde se acusa al ejército de abusos contra los musulmanes rohingya. El gobierno dice que simplemente está tomando medidas antisubversivas.
La discriminación contra los rohingya es generalizada en Mianmar, y el gobierno incluso se niega a reconocer a muchos de ellos como ciudadanos, incluso personas que llevan años viviendo en la zona.
Francisco ha pedido orar por los rohingya y ha denunciado que “han sido torturados y asesinados por el sólo hecho de continuar con sus tradiciones, con su fe musulmana”.
El Vaticano dijo que estableció relaciones con Mianmar para “promover lazos de amistad mutua”.
Aproximadamente el 1% de los 51 millones de habitantes de Mianmar son católicos. La Iglesia ha estado activa en Mianmar, conocida también como Burma, desde hace cinco siglos.
En el 2015, el papa Francisco nombró al primer cardenal de Mianmar, el arzobispo de Yangon, Charles Maung Bo.
Mianmar pasó de ser un régimen militar a un régimen civil el año pasado cuando el partido de Suu Kyi asumió el poder.