Han pasado casi 50 años desde que Dianne Lake conoció a Charles Manson. Ella tenía solo 14 años y él era un músico underground y un exconvicto que había pasado muchos años de su vida en correccionales. Ella entró a formar parte de lo que se conoció como La familia Manson, un grupo de seguidores del estilo hippy del gurú, constituido en su mayoría por mujeres.
En agosto de 1969 varios miembros del grupo, con Mason a la cabeza, fueron acusados de una serie de crueles asesinatos sin motivo aparente y entre cuyas víctimas estaba la actriz Sharon Tate, que era esposa del director de cine Roman Polanski, embarazada de ocho meses cuando fue asesinada en agosto de ese año.
La cálida noche californiana de su encuentro en una fiesta en las colinas de Topanga, a las afueras de Los Angeles (EE UU), continúa grabada en la memoria de Dianne Lake como si fuera ayer. Un recuerdo del que el miembro más joven de la familia Manson ha hablado ahora por primera vez. Lo hace en forma de libro.
Un volumen titulado Member of the Family con el que quiere “iluminar un capítulo muy oscuro” de su vida y de la contracultura estadounidense. “Es una historia interesante pero también una llamada de atención”, señala Lake en el libro, que sale a la venta el próximo 24 de octubre pero del que la revista People publica esta semana varios extractos.
La Lake de ahora está muy lejos de la adolescente que conoció a Manson por primera vez. Sigue viviendo a las afueras de Los Ángeles pero tiene 64 años, se ha casado, tiene tres hijos y es una profesora diplomada. Aun así recuerda como si fuera ayer al Manson que conoció en 1967, pocos meses después de emanciparse de su familia a los 14 años. “Era extremadamente inteligente. Tenía una habilidad increíble a la hora de percibir las debilidades, necesidades y deseos de los demás. Y sabía como corresponderlos”, rememora en el libro.
Durante dos años, Lake se convirtió en el miembro más joven de la familia Manson, la secta que sacudió la psique contracultural californiana un agosto de 1969. A lo largo de dos días Manson y varios miembros de su familia de seguidores asesinaron a siete personas, entre ellas la actriz Sharon Tate. Dianne no participó en los asesinatos, aunque para ese entonces se sentía bajo su influencia tras haber circulado anteriormente por otras comunas. “Necesitaba amor y cariño”, recuerda.
Ella era la hija de un exsoldado de la Marina estadounidense que se sintió abandonada por sus padres durante la revolución sexual de los sesenta. “Necesitaba una familia. Necesitaba sentir que pertenecía a algo. Y él se dio cuenta enseguida”, confiesa ahora Lake.
Tras los asesinatos, Dianne Lake no volvió a ver a Manson ni a su familia de seguidores hasta un año más tarde. Había estado recluida en un centro psiquiátrico y el nuevo encuentro tuvo lugar durante el juicio, donde testificó en contra de Manson y del resto de la secta, un testimonio que resultó determinante en los resultados del juicio. A pesar de la influencia que Manson tuvo sobre ella durante dos años, tuvo el coraje de mirarle a los ojos durante el juicio. “Estaba loco”, recuerda. “Y yo me sentí segura”, añade en su libro.
Para Dianne Lake fue todavía más extraño el sentimiento que tuvo entonces al ver a sus correligionarias, mujeres a quienes consideraba familia, incluso amigas. En el juicio, y tras su paso por el centro de rehabilitación, ella no entendió la lealtad que las seguía uniendo a Manson. “¿Grabarse una X en la frente? No entendí cómo seguían estando colgadas de él”, se sorprende en el libro, que promete más descubrimientos sobre el asesino que se conoció con el sobrenombre de "El líder de Satán" y que hizo correr ríos de tinta en los años setenta. Manson, que actualmente tiene 82 años, cumple cadena perpetua en la prisión de Corcoran, en California (EE UU).