Washington, 9 oct (EFE).- La labor de cuidar a un ser querido en la última etapa de su vida es algo que la comunidad hispana desempeña en EEUU más que ningún otro grupo social, una tarea que relata el documental "Cada paso en el camino", que busca dotar a los latinos de más herramientas para enfrentarla.
La historia del presentador y activista mexicano Marco Antonio Regil con la larga enfermedad de su madre es una de las protagonistas de este film impulsado por la asociación estadounidense AARP (Asociación Estadounidense para Personas Retiradas, en inglés) y que se estrenará este martes.
"Cada paso en el camino", es, como explica Regil en entrevista con Efe, "una manera de decirle a todos los que están pasando por lo mismo, que no están solos", y que además hay "una manera de educarse para aprender a cuidar de quienes amamos de un modo mejor".
"Lo primero que hay que atajar, es la falta de información. Yo no tenía ni la menor idea de que a mi mamá, mas allá de sus problemas articulares, podría pasarle algo así. No sabía que podía tener un problema mental a los sesenta y tantos años", explica Regil sobre el diagnóstico de Alzheimer de su madre, Irma Sánchez, quien falleció el pasado febrero.
"Yo discutía y discutía con mi mamá, pensaba que mi labor era corregirla, y tardé años en entender que tenía que dejar de discutir con ella, hasta que logré ayuda especializada y me lo dijo un experto", cuenta.
El popular periodista mexicano narró los últimos días de la enfermedad de su madre a través de sus cuentas en las redes sociales, pero recuerda que en las primeras etapas de la enfermedad se equivocó una y otra vez en los cuidados.
Trató así de correr con todos los gastos para que su madre viviera con su hermano y su familia, sin embargo, las buenas intenciones de tenerla rodeada de la alegría de sus sobrinos se convirtieron en un tormento para ella, que solo quería tranquilidad.
Regil reitera que, en su caso, la mejor opción fue buscar un lugar para enfermos como ella, donde pudiera realizar actividades acordes a sus necesidades, y ser visitada por su familia siempre que quisiera, aunque insiste en que cada persona requiere de unos cuidados distintos.
"Tuve que dejar de sentirme culpable, dejar de hacer de papá con mi propia mamá y entender que no estaba actuando mal por llevarla a una casa de cuidados. Todo lo contrario. Y así también pude volver a ser su hijo", confiesa.
En un país con 40 millones de personas ejerciendo de "cuidadores", el 21% de ellos son latinos -por un 17% de presencia hispana en el total de la nación-, según cálculos de la AARP, y para ello invierten aproximadamente un 44 % de media de sus ingresos anuales en esta labor.
"Somos dos culturas muy diferentes -dice respecto a la estadounidense y la latina-. Nosotros tenemos más en nuestra cultura que la familia es familia y te haces cargo de ella. Los latinos nunca pensaríamos que nuestros papás son un problema del Gobierno", argumenta.
"En nuestra cultura hay cosas hermosísimas, y lo más importante que tenemos es ese sentido de comunidad. De abrazarnos, de querernos", insiste el periodista, sobre las razones por las que los latinos tienden a gastar más y hacerse cargo de sus enfermos y ancianos.
A su juicio, los hispanos están más dispuestos "a invertir" su dinero y su tiempo en ellos, porque no lo sienten "como algo extraño", sin embargo, Estados Unidos tiene "una cultura más individualista" en la que la gente "tiene que trabajar mucho más para sobrevivir".
"Creo que es parte de nuestra cultura, nos parece normal, nos parece lógico invertir en la gente que invirtió en nosotros, en dar amor. Pero sin embargo, le digo a nuestros hermanos latinos que hay información", reiteró, instando a jóvenes y adultos a que empiecen a indagar sobre cómo cuidar mejor a esas personas que una vez cuidaron de ellos.