Una vez más hubo un día de marcha y contramarcha en Estados Unidos. Por un lado, quienes salieron en contra del racismo, el odio y la xenofobia, y por otro, los supremacistas blancos y neonazis.
Un mínimo de 27 personas fueron detenidas este sábado en Boston, Massachusetts, Estados Unidos (EE.UU.), donde miles de personas marcharon en favor de "la libertad de expresión" y otros optaron por una contraprotesta antirracista.
"Sabíamos que algunas personas iban a causar problemas y por ello (…) tuvimos que realizar 27 arrestos", declaró el jefe de la Policía local, William Evans, en una rueda de prensa transmitida por la cadena CNN.
La cifra de detenidos, que la agencia de noticias española EFE ubica en 33, se debió a desorden público y agresiones contra agentes de seguridad. Sin embargo, no hubo mayores incidentes en la jornada.
"Nadie resultó herido, nadie fue asesinado (…) y de hecho no se produjeron daños materiales importantes", agregó Evans, quien expresó su alegría por el comportamiento cívico de la mayoría. "Fue un buen día para la ciudad, para decir que no toleraremos odio ni prejuicios".
Por su parte, el alcalde de Boston, Marty Walsh, agradeció a los manifestantes por llevar "su mensaje de amor" a la ciudad, donde se estima que más de 40 mil personas marcharon en contra del racismo.
"Quiero agradecer a todas las personas que vinieron hoy, a compartir su mensaje de amor y no de odio, a combatir el racismo, a confrontar el antisemitismo, a los supremacistas blancos y a los nazis que vinieron a nuestra ciudad", señaló.
Los estadounidenses tomaron las calles tras los episodios violentos ocurridos el 12 de agosto pasado en Charlottesville, Virginia, donde grupos supremacistas blancos, racistas y neonazis llevaron a cabo el mitin "Unir a la derecha" para protestar contra los planes de las autoridades locales de retirar la estatua del general confederado Robert E. Lee, quien condujo a las tropas esclavistas del sur en la guerra civil estadounidense del siglo XIX.