Centenares de granadinos se dieron cita en la calle Palmira para participar en el segundo día del Novenario en honor a la Inmaculada Concepción de María.
Centenares de fieles católicos con mucho amor y devoción rendían tributo a la imagen de la Concepción de María, patrona de Granada, a quien las familias le pagaban favores recibidos.
"Participó por que la amo, me preguntás que ¿qué significa María para mí?, pues ella es la madre de Dios y mi madre", dijo entusiasta Marlon Ponce, fiel católico.
"No tengo palabras cómo describirla, ella ha sido tan buena conmigo y mi familia, es un honor poder recibirla en nuestra calle y espero honrarla hasta que me falte la vida", destacó doña Carmen Mendieta, devota de la Concepción de María.
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La imagen de la Concepción permanecía al final de calle Palmira, donde los cantos a La Purísima permitían un ambiente de devoción mariana, lugar donde se desarrolló una eucaristía presidida por el párroco de la iglesia San José Obrero, padre Santos Murillo.
"El mensaje de María es siempre el mismo, ámense los unos a los otros, honremos a nuestras familias, demostremos el amor y la compasión al prójimo, lo demás que necesitemos vendrá por añadidura", destacó el cura.
La feligresía contó con el resguardo de la Policía Nacional, miembros de las unidades de emergencia de la Dirección General de Bomberos, Benemérito Cuerpo de Bomberos y Cruz Roja Nicaragüense, para atender cualquier eventualidad que llegase a suceder, gracias a Dios no se reportó ninguna.
Después de la eucaristía y dedicarle la actividad a la madre del cielo, la imagen salió en procesión a la catedral de Granada, donde fue recibida con mucha alegría y con un derroche de fuegos pirotécnicos que alumbraron el cielo.