Fieles del municipio Macuelizo, en Nueva Segovia, se sumaron a la celebración del Día de La Cruz, este 03 de mayo, saliendo en peregrinación hasta el conocido cerrito de La Cruz, unos 500 metros al oeste del poblado para conmemorar la ancestral tradición religiosa.
A orillas donde se encuentra la cruz de metal, color blanco, con música religiosa y el sonido de la pólvora, los fieles participaron con fervor en la misa solemne, oficiada por el padre Julio López, párroco de la iglesia Santa Mónica, en el pequeño poblado.
Durante la homilía el padre Julio instó al pueblo católico a reflexionar sobre el mensaje de La Cruz desde la perspectiva del amor para el perdón y la salvación. "La iglesia nos invita a descubrir en la cruz el inmenso amor que Dios nos tiene y la invitación que nos hace a como pecadores a la conversión, dejándonos llevar de su palabra, conocer sus promesas y los dones que nos ha regalado", reflexionó.
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El párroco de Macuelizo dijo que este día la Iglesia Católica lo celebra junto al pueblo en cada lugar donde hay una parroquia con diversas actividades, "les acompañamos para hacer fraternidad y descubrir los males y pecados que hay en el mundo, sabiendo que aún así Dios nos ama, con fe de que algún día corresponderemos a ese amor tan grande", recalcó.
La cruz como símbolo de fe y de amor es considerada un sello de protección para el pueblo de Macuelizo. "Es un momento muy especial, pues creer nos mantiene vivos y con la esperanza para seguir adelante y perseverando en la fe", dijo Jenny Flores, habitante Macuelizo.
"Tengo 82 años de venir en peregrinaje y lo haré hasta que me muera", dijo doña María González, quien señaló que se lleva el mejor mensaje, "ser obediente con la palabra del Señor y renunciar al pecado".
Según la creencia el Día de la Cruz es una celebración religiosa que anuncia la llegada de la época lluviosa y el inicio del período de cultivos que son regalados por la Madre Tierra.
Algunos recuerdan que hace muchos años los creyentes en su peregrinaje al cerrito de La Cruz recogían pequeñas piedras en las riveras del río, las que colocaban alrededor de la antigua cruz de madera como señal de agradecimiento y en espera de un buen invierno y cosechas.
