El presidente Juan Manuel Santos y su predecesor Álvaro Uribe, dos archirrivales políticos de años, acordaron el miércoles impulsar una comisión de delegados que busque una salida a la crisis generada luego del triunfo del «no» a los acuerdos de paz firmados por el gobierno y las FARC.
El encuentro entre los dos otrora aliados y rivales viscerales en los últimos años, en procura de rescatar los acuerdos de paz, se extendió por casi cuatro horas en medio de la expectativa de los colombianos.
«Estamos muy cerca de lograr la paz, una paz estable, duradera y con un apoyo ciudadano más amplio», dijo Santos luego de su primer contacto con el líder de la campaña por el «no» a los acuerdos de paz suscritos por el gobierno y las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Uribe, en un tono mesurado, leyó una declaración a la salida de la cita y antes del pronunciamiento de Santos.
«Manifestamos ajustes iniciales que deberán introducirse a los textos de La Habana. Para buscar un nuevo acuerdo de paz que vincule a todos los colombianos», manifestó Uribe.
Ambos hablaron de la creación de la comisión de tres representantes por cada lado para que continúen en la búsqueda de una salida para rescatar los acuerdos de paz firmados el 26 de septiembre en Cartagena y tras cuatro años de negociaciones en la capital cubana.
Con «serenidad» y «realidad» se logrará ese camino, dijo Santos, quien agregó que seguirá las consultas con otros sectores políticos adversos al acuerdo en los próximos días. Aclaró que las propuestas que reciba serán consultadas y analizadas con los rebeldes.
A pesar de que Santos fue ministro en el gabinete de Uribe, ambos dirigentes no se habían encontrado en por lo menos seis años y la fuerte retórica, las críticas abiertas y las disputas primó entre el gobernante y el ahora senador, el principal líder de la campaña por el «no» en el plebiscito del domingo.
Sin embargo, Santos tuvo que aceptar la reunión tres días después de que el voto de rechazo al acuerdo con la guerrilla, negociado por casi cuatro años por representantes del mandatario, ganara por un margen menor al 1% de los votos emitidos. La abstención alcanzó algo más del 60%.
Uribe ingresó a la Casa de Nariño, la sede del ejecutivo, poco antes del mediodía ante decenas de periodistas.
Antes de Uribe, el presidente Santos se reunió con otro exmandatario, Andrés Pastrana, quien también apoyó la campaña por el «no».
«Todo el mundo pensaba que con el ‘no’ se dividía el país. Resulta que con el ‘no’ se unió el país», dijo Pastrana a la salida.
La víspera funcionarios del gobierno encabezados por Humberto de la Calle se reunieron con los líderes guerrilleros en La Habana para saber la disposición de una posible renegociación de los acuerdos, algo que las autoridades habían mencionado como imposible durante su campaña por el «si».
Además Santos informó que había dispuesto la extensión del cese al fuego hasta el 31 de octubre, poco después, el líder rebelde Rodrigo Londoño también conocido como «Timochenko», tuiteó: «¿De ahí para adelante continúa la guerra?».
Por su parte, el fiscal general, Néstor Martínez informó el miércoles que se mantenían suspendidas las órdenes de captura contra los miembros de las FARC.
En una muestra de lo que está en juego si la apuesta de Santos fracasa, otro comandante, conocido por su alias de «Pastor Alape», dijo en Twitter que todos los efectivos de las FARC «deben empezar a moverse a posiciones seguras para evitar provocaciones».
Desde que los acuerdos fueron rechazados en el plebiscito del domingo, los líderes de las FARC dejaron claro que no tienen la intención de reanudar el conflicto armado, y argumentaron que el voto negativo no tiene implicaciones legales.