Dos estudiantes de la escuela rural para maestros de Ayotzinapa, donde estudiaban los 43 jóvenes desaparecidos en México en 2014, fueron asesinados junto a otras tres personas durante un asalto a mano armada en Guerrero (sur), informaron este miércoles autoridades locales.
De acuerdo con las primeras investigaciones, los asesinos pertenecen a un grupo de delincuentes dedicado a asaltar y matar en Chilpancingo, capital de Guerrero, aseguró el gobernador de este estado, Héctor Astudillo.
Los hechos ocurrieron la noche del martes cuando los estudiantes Jonathan Morales y Filemón Tacuba viajaban en una camioneta de pasajeros que partió de Chilpancingo hacia el municipio de Tixtla, donde se ubica la Normal de Ayotzinapa, explicó a la AFP un alto mando de la Secretaría de Seguridad Pública estatal que pidió el anonimato por motivos de seguridad.
Además de los otros tres muertos, tres personas, entre ellas un menor de edad, resultaron heridas por disparo de arma durante el presunto asalto, agregó el jefe policíaco.
Estos hechos reflejan «una ola de asaltos en Chilpancingo, una ola de violencia desbordada muchas veces con la complicidad de los cuerpos de seguridad con la delincuencia», dijo a la AFP Vidulfo Rosales, abogado de los padres de los 43 estudiantes desaparecidos.
«Lo que lastima, lo que preocupa, lo que ocupa, es la violencia», reconoció Astudillo.
Morales y Tacuba cursaban el cuarto año de su carrera magisterial en Ayotzinapa y eran originarios de comunidades indígenas de la región Costa Chica de Guerrero, comentó a la AFP un docente de esa escuela.
El 26 de septiembre de 2014, los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa se dirigieron a la localidad de Iguala (Guerrero) para hacerse de autobuses que pretendían usar para sus movilizaciones políticas, pero fueron atacados por policías locales corruptos que los entregaron al cártel Guerreros Unidos.
Según la fiscalía general, los narcotraficantes habrían asesinado a los jóvenes para después incinerar sus cuerpos en un basurero cercano y arrojar sus restos a un río, pero un grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) cuestionó la versión oficial.
Ahora, la fiscalía general ha abierto otras líneas de investigación para buscar a los jóvenes en otros puntos de la zona donde desaparecieron.