Portavoz del gobierno de El Salvador informó en un medio de comunicación que a raíz de las medidas extraordinarias de seguridad están desapareciendo las pandillas y maras en el territorio.
Las pandillas están desapareciendo en diferentes zonas de El Salvador como resultado de las medidas extraordinarias de seguridad implementadas por el Gobierno desde abril pasado, aseguró hoy el portavoz gubernamental, Eugenio Chicas.
Es notorio que estas estructuras criminales de pandillas están perdiendo fuerza a nivel nacional, incluso, hay lugares en el que dejaron de existir o tienen una presencia intermitente, dijo Chicas en una entrevista con el canal estatal.
Dichas medidas incluyen el despliegue de un comando elite rural de 1.000 efectivos para perseguir columnas armadas de pandilleros y el recrudecimiento del régimen carcelario y fueron lanzadas en respuesta a una escalada de los asesinatos registrada a inicios del 2016 y a una masacre de 11 personas al noroeste de la capital.
Según Chicas, la desaparición de pandillas ha quedado en evidencia durante las campañas para borrar pintadas, con las que las maras identifican las zonas que controlan, porque las mismas no volvieron a pintar sus marcas.
Hay zonas donde se borraron los grafitis, nuevamente hemos visto grafiti y esto da señales de donde hay persistencia de estos grupos y se da la respuesta apropiada con los cuerpos de seguridad, acotó el portavoz gubernamental.
No obstante, Chicas no dio cifras de cuantas estructuras han sido desarticuladas, el número de pandilleros arrestados o si la desaparición de las mismas obedece a la muerte de sus miembros durante enfrentamientos con la Policía, que suman más de 400 en lo que va de 2016.
El ministro salvadoreño de la Defensa, David Munguía Payés, señaló a finales de julio de 2015 que los miembros de pandillas en El Salvador son unos 60.000; dos años atrás él mismo estimó este número en 40.000.
Empero, desde agosto de ese año las autoridades se han negado a dar una cifra actualizada y dicha información fue declarada reservada para un lapso de 7 años, porque las pandillas podrían utilizarla para afectar la operatividad policial en los planes contra la delincuencia.
La Mara Salvatrucha (MS13), Barrio 18 y otras minoritarias son acusadas de mantener los índices de violencia que sitúan a este país centroamericano entre los más peligrosos del mundo.
Entre enero y septiembre de 2016, El Salvador acumuló 4.181 asesinatos (unos 15 diarios), con lo que se convierte en el segundo año más violento de la historia reciente salvadoreña, solo superado por el 2015.