Masacre en Tailandia pasa casi inadvertida 40 años después

Un cadáver maltratado cuelga de un árbol mientras un hombre se apresta a asestarle otro golpe con una silla plegable. La gente observa atentamente desde cerca, algunos sonriendo, como si viesen un macabro programa de televisión.

Una foto inmortalizó los eventos del 6 de octubre de 1976, en que soldados fuertemente armados mataron a tiros a cantidades de estudiantes en la Universidad Thammasat de Bangkok y militantes derechistas capturaron y lincharon a quienes intentaban escaparse. Lo sucedido ese día, no obstante, ha pasado mayormente al olvido en Tailandia.

«La gente joven mira la foto y pregunta de dónde es», dijo el cineasta australiano David Tucker, quien está haciendo un documental sobre la masacre. «No tienen idea. Algunos dicen, ‘debe ser de otro país. Eso no puede haber sucedido en Tailandia‘. La gente que tiene edad suficiente como para acordarse del 6 de octubre tal vez reconozca la foto, pero en general se renuente a hablar del tema».

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Foto: AP

¿Qué tan renuente? Muy renuente. Ninguna de las personas que aparece en esa foto, ganadora de un Premio Pulitzer en Estados Unidos, ha sido identificada en los 40 años que pasaron desde que el fotógrafo de la Associated Press Neal Ulevich logró esa toma.

Ello intrigó a Tucker, quien se asoció con investigadores tailandeses que tratan de ponerle un nombre a toda esa gente. Esperan aprovechar el poder de las redes sociales para recabar más información y acaban de lanzar un portal, http://www.6Oct-photo.com .

«Es algo de lo que el gobierno no quiere que se hable», expresó Tucker, «pero creo que la reticencia se debe también a que se trata de un episodio que no encaja con la imagen que los tailandeses tienen hoy de sí mismos. Son famosos por ser una sociedad gentil y armónica, pero en el medio de su historia tienen un episodio de enorme salvajismo y violencia, en el mero centro de Bangkok«.

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Foto: AP

Anocha Suwichakornpong, cineasta tailandesa que hizo una película inspirada en los hechos del 6 de octubre, nota paralelos con la Tailandia moderna. Los militares derrocaron a un gobierno elegido en las urnas en mayo del 2014, tras meses de protestas a veces violentas, y da la impresión de que piensan mantenerse en el poder por varios años.

«Creo que el clima político de los últimos tiempos es bastante parecido al de los años 70 en Tailandia, especialmente el de los días previos al golpe (del 2014), en que elementos de derecha y sectores afines a la realeza adoptaron posturas extremistas y los militaras ganaban poder», comentó Suwichakornpong.

Tres años antes de la masacre del 76, estudiantes comenzaron protestas que hicieron huir del país a dictadores militares muy impopulares y despejaron el camino para una democracia parlamentaria. Eran tiempos tumultuosos, poco propicios para el florecimiento de la democracia en la región. En tres países vecinos –Vietnam, Laos y Camboya– los comunistas habían tomado el poder. Tailandia se había alineado con Estados Unidos en la guerra de Vietnam, pero ahora tomaba cierta distancia de la región.

Para el establishment de Tailandia, la democracia era algo caótico, que generaba divisiones y enfrentaba a peones de campo con terratenientes, a trabajadores con patronos. La retórica marxista de los estudiantes señalaba que había un enemigo interno.

En el otoño del 76 el conflicto escaló y en la medianoche del 5 de octubre entre 3.000 y 4.000 estudiantes fueron sitiados en la universidad. Elementos de ultraderecha comenzaron a reunirse en las afueras.

La policía empezó a disparar con revólveres, fusiles, lanzadores de granadas e incluso armas antitanques. Se cree que algunos estudiantes devolvieron fuego con armas pequeñas.

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Foto: AP

Hacia la mitad de la mañana, la policía controlaba la situación y le hacía sacar las camisas a los estudiantes y los colocaba contra el piso, boca abajo, en un terreno deportivo. Matones ingresaron sin que nadie se lo impidiese y capturaron a algunos estudiantes, incluso heridos que eran llevados a ambulancias.

Había cadáveres colgando, irreconocibles, a los que les seguían pegando. Surgieron pilas de cadáveres. Algunos fueron quemados. Todo sucedió a plena vista de curiosos que observaban desde las afueras de la universidad.

Ulevich tomó la foto del cadáver colgando, que fue una de 12 imágenes que le valieron el Pulitzer, poco después de salir de los terrenos universitarios. Temía que si se quedaba más tiempo, podrían confiscarle los rollos.

«Cuando salí del campus», declaró en una entrevista en su casa de Colorado la semana pasada, «vi que había una conmoción debajo de un par de árboles en unos terrenos céntricos».

«Caminé hacia allí y vi al individuo que golpeaba en la cabeza con una silla a uno de los cadáveres colgados. Dos árboles más allá había otro cuerpo colgando. Los dos estaban muertos a esa altura».

La cuenta oficial habla de 46 muertos. Estimados más confiables de estudiosos dicen que hubo unos 100.

Cuando el ejército tomó el poder ese mismo día, cerró temporalmente los diarios y confiscó fotos y apuntes de los periodistas.

Pero las fotos de agencias internacionales burlaron la censura y los diarios de todo el mundo publicaron las escabrosas imágenes.

Veinte años después comenzó a conmemorarse el aniversario de la masacre, aunque sin que los actos alcancen gran envergadura.

La foto de Ulevich es el motivo central de muchos de los afiches alusivos al 40mo aniversario.

La película de Anocha, «Cuando oscurece», que está siendo presentada en festivales, gira en torno a un cineasta que fue un estudiante militante en los años 70.

Anocha dijo en un correo electrónico que la foto de Ulevich «es un recordatorio de hasta qué punto se puede hundir la sociedad tailandesa cuando cae presa de la histeria y la locura».

La cineasta expresó su esperanza de que las imágenes «transmitan algo» a quienes no vivieron esa época, «que los ayude a evitar que se repitan barbaries como esa».