Autoridades investigan el crimen de un extranjero habitante de Curridabat en San José, Costa Rica. Hasta ahora se sabe que el cuerpo fue encontrado en el interior de una maleta.
Roan Roberth, de 27 años, de nacionalidad jamaiquina fue encontrado sin vida en la vivienda que alquilaba en José María Zeledón de Curridabat, diagonal a la Princesa Marina.
Una mujer que arrendaba junto al extranjero y otros dos hombres recibió una llamada indicándole que el caribeño se encontraba en la casa. Asustada decidió llamar a la Fuerza Pública y juntos ingresar a la vivienda a corroborar.
Cuando los uniformados llegaron entraron a la vivienda con la mujer que les dio aviso, en ese momento encontraron el cadáver. Según el comisionado Erick Calderón, jefe de la policía en San José, el hombre se encontraba como en una especie de antesala, dentro de una maleta y sin signos de vida.
Trascendió que Roberth murió asfixiado, pues tenía una bolsa en la cabeza, además pudo ser maniatado para meterlo dentro de la maleta de viajero que era de un tamaño grande por la contextura del caribeño.
Lo extraño es que en el lugar no había signos de violencia, por lo que la hipótesis que se maneja es que pudo ser sujetado por varias personas para reducirlo a la impotencia y asfixiarlo.
Al lugar fue despachada una unidad de la Cruz Roja costarricense del comité de Curridabat. El paramédico Michael Sancho dijo que solo se apersonaron, pero nunca tuvimos acceso al fallecido, ni siquiera para tomarle los signos, pues la escena ya estaba bajo control de la Fuerza Pública y ellos dieron el parte que no hacía falta valorarlo, pues estaba muerto.
De hecho, en el lugar estaba la mujer que alquila la vivienda y le preguntaron si requería atención y expresó que no. También los vecinos, que prefirieron el anonimato, dijeron que la casa es arrendada por los dueños de la empresa de carros Honda que está a 100 metros del lugar y no se explican cómo les alquilaban a estas personas, pues no era gente tranquila, ya que se le había visto con actitudes extrañas.
Los agentes judiciales se encargaron de la escena y del levantamiento del cuerpo.