Al menos 17 civiles murieron el martes en dos ataques suicidas que sacudieron concurridas zonas comerciales de vecindarios de mayoría chií en la capital de Irak, Bagdad, según funcionarios.
El atentado más sangriento ocurrió en el vecindario oriental Nuevo Bagdad, donde un atacante se acercó a una reunión de trabajadores de la construcción y detonó su chaleco explosivo matando a 11 personas, dijo un funcionario de la policía. Al menos 28 civiles resultaron heridos por la deflagración, que dañó tiendas y autos cercanos, agregó.
Horas después, otro suicida se inmoló en un mercado al aire libre en Bayaa, en el suroeste de la ciudad, matando a seis compradores e hiriendo a 21 personas más, apuntó otro agente.
Funcionarios sanitarios confirmaron la cifra de víctimas mortales. Todos los responsables hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a revelar la información.
El grupo Estado Islámico, en comunicados difundidos por internet, se atribuyó los ataques y dijo que estaban dirigidos contra milicianos chiíes. The Associated Press no pudo verificar la autenticidad de las declaraciones, que aparecieron en una página web utilizada habitualmente por los extremistas.
Los milicianos, que controlan partes de Irak, últimamente han realizado ataques lejos del frente a medida que sufren reveses en los campos de batalla. El último feudo urbano que controlan es la segunda ciudad del país, Mosul, que está a unos 360 kilómetros (225 millas) al noroeste de Bagdad. Funcionarios iraquíes dijeron que esperan lanzar una operación para retomar la ciudad antes de final de año.