Diez miembros de las fuerzas de seguridad turcas murieron y otros siete resultaron heridos este lunes en dos ataques atribuidos a los rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el sureste del país, según la prensa.
En Uludere, en la provincia de Sirnak (sureste de Turquía), seis soldados murieron y otro fue herido «durante una intercambio de disparos con el PKK» cerca de un punto de control en los alrededores de una prisión, informó por la tarde la agencia de prensa Dogan.
La región de Sirnak, fronteriza con Irak, es escenario de enfrentamientos regulares entre la rebelión del PKK y el ejército turco.
Más temprano en la jornada, dos soldados y dos guardias turcos murieron, así como otras seis personas resultaron heridas, en un ataque también atribuido al PKK, en la región de Mardin (al oeste de Sirnak), según la agencia oficial Anadolu.
«Una bomba disimulada por los terroristas del PKK sobre la ruta entre Kiziltepe y Derik en la provincia de Mardin explotó al paso del vehículo de las fuerzas de seguridad», precisó la agencia.
El ejército turco lanzó inmediatamente un vasto operativo para «encontrar a los terroristas en fuga«, según la fuente.
Los rebeldes del PKK y el ejército turco rompieron hace un año un frágil alto el fuego y reanudaron las hostilidades en un conflicto que se remonta a 1984, y que ha provocado más de 40.000 muertos. Ankara y sus aliados occidentales consideran al PKK como una «organización terrorista«.