El autor de la masacre en un club nocturno de Orlando le dijo a un negociador de la policía que Estados Unidos tenía que dejar de bombardear a Siria e Irak y le juró lealtad al grupo Estado Islámico, según una transcripción de la conversación telefónica divulgada el viernes.
Omar Mateen llamó a la línea de emergencias 911 y se identificó como el autor de la masacre en el club Pulse, una media hora después de irrumpir en el lugar. «Quiero que sepa que estoy en Orlando y soy el que hizo los disparos», dice el individuo.
Cuando un negociador de la policía lo llamó unos minutos más tarde, Mateen le dijo que tiene que hacer que Estados Unidos cese los bombardeos en Siria e Irak. «Están matando a una gran cantidad de gente inocente», se escucha decir a Mateen, nacido en Nueva York de padres afganos. «¿Qué estoy haciendo yo aquí cuando mi gente está muriendo allá? ¿Entiende lo que digo?»
Mateen además se comparó con el autor de la bomba en el Maratón de Boston Tamerlan Tsarnaev, según la transcripción. Tres personas murieron y más de 260 resultaron heridas cuando dos bombas explotaron en la meta del maratón en 2013. «Mi compañero Tamerlan Tsarnaev hizo lo suyo en el Maratón de Boston, así que ahora me toca a mí, ¿ok?»
Mateen le dice al negociador que se pasó el día ayunando y orando, puesto que era el feriado musulmán de Ramadán. Afirma que puso una bomba en un vehículo fuera del club nocturno para gays. Eso resultó ser falso, pero la policía lo tomó en serio en ese momento.
Esta semana, la municipalidad de Orlando publicó decenas de llamadas a la línea de emergencia, junto con las transcripciones de las tres conversaciones que Mateen tuvo con negociadores de la policía, luego de litigios con grupos mediáticos que exigían su divulgación. El viernes se realiza una audiencia sobre el litigio, en la que participa The Associated Press.
En la masacre ocurrida el 12 de junio murieron 49 personas y 53 resultaron heridas de gravedad.
Los grupos mediáticos insisten en que la divulgación de los documentos ayudará a la ciudadanía a evaluar la respuesta policial al suceso. La municipalidad sostiene que esos documentos están exceptuados de la ley de acceso a registros públicos: primero porque son parte de una investigación en curso y segundo porque contienen descripciones explícitas del momento en que el autor de la llamada es asesinado a tiros.
Hace pocos días el FBI, que investiga la masacre, dijo que ya no era necesario mantener los documentos en confidencialidad.