En el principal zoológico del Perú aún yacen misterios de los antepasados. Edificado entre santuarios prehispánicos, en ellos se han encontrado restos de perros sacrificados al lado de tumbas de jóvenes guerreros, además de cuerpos tatuados.
Son 54 santuarios dentro del Parque de Las Leyendas, y en ellos hay registros de tres civilizaciones asentadas en el complejo arqueológico de Maranga, noreste de Lima.
El zoológico, que data de 1984, se llama así por las leyendas prehispánicas ilustradas al ingreso del recinto.
Las trabajos demuestran que estos corresponden a la cultura Lima (100-650 dC), Ychsma (900-1470 dC) y la inca (1200-1500 dC) pero también existen cerámicos de una cultura posiblemente de 300 años aC, dijo a la AFP Lucenida Carrión Sotelo, jefa de la Dirección de Arqueología del Parque.
«Para los investigadores hay mucho por descubrir en cada huaca (santuario). Desde el 2001 se han hallado 138 perros y 134 entierros humanos asociados a la época Ychsma«, detalla la experta.
En el caso de los humanos, se trata de restos de personas de entre 20 y 40 años de edad, muertos por golpes fuertes en el cráneo y en las costillas, lo que hace presumir que eran guerreros. «Todo indica que sus muertes fueron producto de enfrentamientos con otros grupos sociales«, comentó.
Perros a modo de ofrendas
Uno de los enigmas para los investigadores son los restos de perros hallados a lado de jóvenes. «Probablemente para los Ychsma, sacrificar un can era parte del ritual funerario de un guerrero«, sostuvo Carrión.
Los primeros análisis determinan una sola especie de can, con pesos de siete, doce y veinte kilos. El más pequeño de 40 a 50 centímetros, de pelaje corto con una mancha negra en el lomo. En este último hallazgo se han contabilizado diez cánidos.
Los cuerpos de los canes están completos, habrían sido asfixiados con una soga, ya que las primeras vértebras tienen algunas fracturas. En algunos animales se localizó una soga en el cuello; otros están degollados. También se hallaron restos de cuyes, un roedor sudamericano consumido en los Andes.
«Los perros tienen cortes bien hechos cerca del cráneo, responden a algún tipo de sacrificio porque fueron enterrados al igual que lo cuyes junto a los jóvenes guerreros», precisó.
Carrión explicó que este descubrimiento permitirá determinar los tipos de perros que vivieron en época preinca e inca, de dónde llegaron y para qué fueron criados.
El más conocido es el perro peruano sin pelo (canis familiaris). Según investigaciones, su aparición fue en 300 a.C, fue animal de compañía, representado por los incas en sus cerámicas. En 2001 Perú lo declaró Patrimonio de la Nación.
En 1993 se descubrió un centenar de tumbas de perros momificados que acompañaban a humanos en la región Moquegua, 1.220 km al sureste de Lima. Parecidos a los golden retriever, pero de patas cortas, pelo largo, por lo general de color beige y cola erizada. Algunos de estos fueron llevados a una exposición en Japón.
Los tatuajes
En la huaca San Miguel, que era el centro administrativo ceremonial, se descubrieron los restos de un hombre y una mujer con tatuajes. La mujer, que habría tenido entre 25 a 30 años cuando murió, tiene 17 tatuajes de peces en la piel de uno de sus brazos.
«Los arqueólogos han logrado reconstruir gran parte de los restos, parece que los personajes fueron una ofrenda a la construcción del edificio», explicó la especialista.
Otra de las joyas que ya se conserva en el museo «Ernst W. Middendorf» del Parque de las Leyendas es la Dama de los Batanes. Fue enterrada sentada junto a un batán grande (piedra lisa grande), y a dos batanes de menor tamaño.
El batán es una herramienta ancestral que aún utilizan las mujeres para moler maíz, ají, maní y hierbas. Los antiguos peruanos acostumbraban a moler el maíz para luego fermentarlo y convertirlo en licor (chicha de jora).
Para los arqueólogos el trabajo de recuperar los sitios fue duro. Todo estaba cubierto de plantas; ademas, las huacas habían sido saqueadas, profanadas e invadidas de desperdicios. Debieron cercarlas para evitar invasiones.
Luego de casi quince años de labor los visitantes del parque pueden encontrar palacios, santuarios, murallas, canales, almacenes y caminos.
De los 54 santuarios, apenas se han recuperado unos 8 y de éstos sólo 4 están al 100%. Se trata de un trabajo que requiere recursos y en vista de que no los reciben del Estado, apelan a universidades e instituciones extranjeras para que se interesen en desentrañar los misterios del Parque de las Leyendas.