Las autoridades estadounidenses trataban este jueves de terminar con los brotes de violencia en la ciudad de Charlotte, donde llegaron soldados de la Guardia Nacional para contener a los manifestantes que protestan por la muerte de un negro a manos de la policía.
«Tenemos ahora los recursos que nos permiten proteger la infraestructura y ser mucho más eficaces», dijo el jefe de la policía de esta ciudad del sureste de Estados Unidos, Kerr Putney, en una conferencia de prensa.
Al menos 44 personas fueron detenidas en las manifestaciones en esta ciudad de Carolina del Norte, agregó Putney.
«Varios centenares» de miembros suplementarios de las fuerzas del orden intentarán impedir este jueves los saqueos y enfrentamientos de las dos noches anteriores, que llevaron al gobernador de Carolina del Norte a decretar el estado de emergencia.
«He declarado el estado de emergencia e iniciado esfuerzos para desplegar la Guardia Nacional y la Patrulla de Caminos para asistir a la policía local en Charlotte«, escribió el gobernador Pat McCrory en Twitter.
«No podemos tolerar la violencia. No podemos tolerar la destrucción de propiedades y no toleraremos los ataques contra nuestros policías que se producen en este momento», declaró el gobernador en la cadena CNN.
Cientos de policías fueron desplegados para de evitar nuevos saqueos.
El jefe de la policía advirtió a los manifestantes que habrá una acción preventiva mucho más rápida por parte de las fuerzas del orden.
La alcaldía anunció que un hombre había sido herido de bala y que se encontraba «bajo asistencia respiratoria, en estado crítico», pero «no murió» como había afirmado por error durante episodios de violencia «entre civiles».
Todo comenzó cuando una manifestación pacífica, contra los abusos policiales, se desbordó con actos de violencia. Centenares de manifestantes empezaron a romper ventanales y lanzar proyectiles contra las fuerzas del orden, que respondieron con bombas de gas lacrimógeno, observó un periodista de la AFP.
Los manifestantes están convencidos de que Keith Lamont Scott, un negro de 43 años, abatido el martes por disparos de la policía, fue víctima de un flagrante error.
Según la policía, Scott fue abatido por el agente Brentley Vinson porque se negaba a bajar su arma de fuego. Los familiares de Scott afirman, por el contrario, que el fallecido solo tenía un libro en su mano.
Lo del arma «es una mentira», aseguró a la AFP Taheshia Williams, vecina del barrio, cuya hija estudia en la misma escuela que uno de los hijos de Scott.
«Le quitaron el libro y lo reemplazaron con un arma. Ese hombre esperaba sentado aquí todos los días a que su hijo saliera del autobús», añadió.
La muerte de Scott, en un contexto de hechos similares en otras ciudades estadounidenses, llevó a manifestaciones la noche del martes, que terminaron con 16 miembros de las fuerzas del orden heridos, según la policía, y un número no determinado de manifestantes lesionados, según medios locales.
Diferentes teorías
El agente Vinson ha sido suspendido a la espera de los resultados de una investigación administrativa.
Los familiares de Scott, entrevistados por medios locales, afirmaron que la víctima no llevaba ningún arma, sino un libro, cuando fue muerto. Según su hija, Scott Lamont estaba esperando a su hijo en un estacionamiento.
«Puedo asegurarles que se incautó un arma», dijo antes el jefe Putney. «También puedo asegurarles que no encontramos el libro al que se ha hecho referencia».
«En los videos que he observado no puedo ver todo lo que ocurrió en su totalidad», añadió el jefe de la policía.
Tras los hechos varias personas se manifestaron el martes con pancartas en las que se podía leer «La vida de los negros importa» y al grito de «¡Sin justicia no hay paz!», según la televisión local.
El presidente Barack Obama llamó el miércoles a los alcaldes de Charlotte y de Tulsa, donde el viernes una policía mató a otro hombre negro que iba desarmado.
«Ambos alcaldes pusieron al día al presidente sobre la situación sobre el terreno» en sus ciudades, informó un funcionario de la Casa Blanca.
«Keith Lamont Scott. Terence Crutcher. Muchos otros. Esto tiene que acabar», tuiteó la candidata demócrata Hillary Clinton.
El republicano Donald Trump llamó en Twitter a «hacer Estados Unidos seguro de nuevo», y el miércoles, en un acto en una iglesia negra de Cleveland, Ohio, se preguntó si la agente que disparó a Crutcher se habría asustado.
Otro más en la lista
Las tensiones raciales se reavivaron en Estados Unidos hace dos años por una sucesión de abusos y actos violentos de la policía, que terminaron con la muerte de hombres negros.
El martes, la justicia abrió una investigación por la muerte del hombre en Tulsa, quien estaba desarmado cuando fue abatido el viernes por una mujer policía blanca, un episodio que quedó grabado en cámaras de un autopatrulla y de un helicóptero de la policía.
En las grabaciones, que se hicieron públicas, se puede ver muy nítidamente al hombre negro dirigirse hacia su vehículo con las manos en alto, apuntado por armas de los policías.