África está dividida entre partidarios y detractores de la venta del marfil de sus elefantes, cuya población cayó drásticamente en el continente a consecuencia de la caza furtiva.
Namibia, Zimbabue y Sudáfrica defenderán el derecho a vender el marfil en una conferencia internacional sobre vida salvaje que comenzará el sábado en Johannesburgo. En contra tienen a otros 30 países africanos que quieren endurecer el veto internacional a la venta de este material.
China, el mayor consumidor de marfil del mundo, apunta que tiene previsto cerrar el mercado doméstico. Estados Unidos ha anunciado una prohibición casi total a la venta interna de marfil de elefante africano.
Los países que están a favor del comercio de marfil alegan que sus poblaciones de elefantes son grandes y que los fondos recaudados con la venta del material pueden emplearse en su conservación. Namibia, sin embargo, dice que no espera una resolución a su favor en las conversaciones de Johannesburgo.
El país argumenta que una enorme población de elefantes frecuentemente entra en conflicto con las comunidades y que las ganancias por la venta de marfil pueden destinarse a programas de conservación.
Se espera que unos 3.500 delegados acudan a la Convención de Comercio Internacional de Especies en Peligro (CITES, por sus siglas en inglés), grupo integrado por 183 países y que busca que el comercio de animales y plantas silvestres no amenace su existencia.
El número de paquidermos en la sabana africana cayó 30% de 2007 a 2014 debido a la caza ilegal, de acuerdo con un estudio reciente.