Kinshasa regresó a la tranquilidad este miércoles por la mañana, constataron periodistas de AFP, luego de dos días de saqueos y enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y manifestantes antigubernamentales.
Hacia las 09H00 locales (08H00 GMT) el transporte público funcionaba nuevamente en los barrios del centro-oeste y sur de la capital de la República Democrática de El Congo, escenario de disturbios y choques con la policía en los últimos días.
Los vendedores ambulantes volvieron a mostrarse en las calles cargando sus mercaderías.
Las estaciones de servicio y los negocios reabrieron en su casi mayoría. Sin embargo, no se veían en las calles niños en edad escolar, las familias decidieron que permanezcan en casa hasta que se restablezca totalmente la calma.
«Ayer y anteayer fue terrible», explicó Christian, de 21 años, delante de un local de telefonía en el barrio de Ndjili, en el sur de la capital, desvalijado.
«No nos oponemos a que la gente reivindique sus derechos, pero lo que me duele es que se rompan y saqueen» comercios que pueden dar empleo a la gran mayoría de la población, agregó.
Cerca de allí, un depósito de una planta agroindustrial de Bukanga-Lonzo (creada hace dos años por el gobierno) fue totalmente saqueado. Sólo quedan contenedores vacíos.
«La gran mayoría de la población no tiene los recursos para comer ese maíz producido en el Congo», declaró Patrick, para quien se explica así «la ira que empuja a la gente a saquear».
La violencia comenzó el lunes por la mañana al margen de una manifestación de la oposición, a tres meses y un día del fin del mandato de Joseph Kabila.
Pero la manifestación degeneró rápidamente en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. La violencia, que dejó una cantidad indeterminada de víctimas (al menos unos veinte muertos), continuó el martes y estuvo acompañada por varios saqueos o actos de vandalismo.
La Constitución prohíbe a Kabila, en el poder desde 2001, volver a presentarse, pero el presidente no da ninguna señala de querer abandonar el poder y dados los plazos parece casi imposible organizar comicios antes del 20 de diciembre.
«No tenemos ningún problema con Kabila, pero esperamos que diga públicamente que no va a presentarse» otra vez y que «el presidente que los suceda dé empleo a la gente», agregó Patrick.
La República Democrática de El Congo atraviesa una crisis política vinculada al proceso electoral desde la cuestionada reelección en 2011 de Kabila, de 45 años y que había llegado al poder a principios de siglo tras el asesinato de su padre Laurent-Desiré Kabila.