Un comando armado secuestró a 15 personas que viajaban en un autobús, cuando transitaba por el estado mexicano de Tamaulipas (noreste), informaron autoridades locales, citando el testimonio del chófer.
Los hechos ocurrieron el lunes, cuando el autobús tenía pocos minutos de haber salido de la central de transportes de Nuevo Laredo, ciudad fronteriza con Estados Unidos, informó un comunicado del gobierno del vecino estado de Coahuila (norte), destino final del vehículo.
El conductor dijo a autoridades que se resistió a detenerse pero los hombres lo persiguieron y rompieron los vidrios del autobús hasta que detuvo su marcha.
El comando armado «hizo descender de la unidad a 15 personas del total de los pasajeros del autobús llevándoselas con rumbo desconocido», añadió el comunicado difundido la noche del miércoles.
Tras el ataque, el autobús fue detenido en un punto de seguridad carretero ya en el estado de Coahuila, donde el conductor fue interrogado por los daños visibles en el vehículo.
Las autoridades no informaron de la identidad de los posibles agresores mientras que el conductor ha rechazado presentar una denuncia formal «por temor a represalias», según el comunicado.
Voceros del gobierno de Tamaulipas no contestaron inmediatamente a mensajes dejados por la AFP.
En Tamaulipas y otros distritos del norte y la costa este de México operan los cárteles de los Zetas y del Golfo, antiguos aliados que libran una pugna por el control de las rutas de la droga hacia Estados Unidos.
En agosto de 2010, un grupo de 72 emigrantes indocumentados, la gran mayoría centroamericanos, fueron retenidos por los Zetas en la comunidad de San Fernando, Tamaulipas, a unos 180 kilómetros de la frontera.
Los emigrantes fueron brutalmente masacrados y sus cuerpos fueron encontrados en un rancho de San Fernando, uno de los hechos más violentos ligados al narcotráfico en México.
En los últimos años, en Tamaulipas y otros estados del norte de México ciudadanos y organizaciones civiles han señalado que viajeros de autobuses son secuestrados en plena carretera, aunque las denuncias ante las autoridades son contadas, sobre todo por temor de los conductores o los otros pasajeros.
Las autoridades presumen que los carteles, principalmente los Zetas, secuestran a estas personas como una forma de reclutamiento forzado.
Desde que en diciembre de 2006 el entonces presidente Felipe Calderón lanzó una ofensiva militar contra los cárteles de las drogas, más de 168.000 personas han sido asesinadas y más de 28.000 se encuentran desaparecidas, según cifras oficiales del gobierno federal que no distinguen sí son hechos relacionados al narcotráfico.
Tamaulipas es el estado que registra el mayor número de desaparecidos, con más de 5.700, muchos de ellos en carreteras que son consideradas entre las más peligrosas de México y en algunas de las cuales la Policía Federal organiza caravanas de viajeros escoltadas por patrullas.