Francia vivirá este jueves una nueva jornada de protestas en todo el país contra la polémica reforma laboral del gobierno de François Hollande, la decimocuarta movilización registrada desde marzo.
Tras meses de contestación en las calles, la ley fue adoptada de manera definitiva en julio, sin votación en el parlamento.
La reforma pretende otorgar más flexibilidad a las empresas para contratar y despedir a los trabajadores, en un intento para reducir el desempleo que ronda el 10% y que afecta principalmente a los jóvenes (24%).
Más de un centenar de manifestaciones están previstas en París y en toda Francia este jueves para exigir que el texto sea abrogado.
En la capital, un cortejo encabezado por los principales líderes sindicales saldrá a las 14H00 (12H00 GMT) de Bastilla, en dirección de la plaza de la República.
La Aviación Civil advirtió que se registrarán algunas «perturbaciones» en el transporte aéreo en los aeropuertos parisinos de Roissy, Orly y Beauvais.
Uno de los desafíos de los sindicatos será aumentar la participación en esta nueva cita. En la última jornada de protestas, el 5 de julio – que coincidió con vacaciones escolares -, apenas 30.000 personas se movilizaron, según cifras de la policía.
Otro desafío será evitar las escenas de violencia que han empañado de forma casi sistemática las protestas, dejando numerosos heridos entre los manifestantes y la policía.
Ahora que la ley fue aprobada, los sindicatos advirtieron que tras esta nueva demostración en las calles el pulso continuará en el terreno jurídico y dentro de las empresas.
Los sindicatos tienen que «desplegarse en las empresas y luchar para que (la ley) no entre», declaró el sábado Philippe Martínez, secretario general de principal sindicato francés, la CGT.
En cambio, el segundo sindicato del país, la CFDT, que apoyó el texto ya que estima que otorga nuevos derechos a los trabajadores, pidió al gobierno que publique «rápidamente» los decretos de aplicación.