Los gobiernos de Colombia y Panamá crearán un grupo especial para vigilar a guerrilleros desmovilizados de las FARC que pudieran dedicarse al narcotráfico u otras actividades delictivas tras acordarse el proceso de paz, informó este miércoles el presidente panameño, Juan Carlos Varela.
«Yo hablé con el presidente (colombiano Juan Manuel) Santos y vamos a crear un grupo especial que va a darle seguimiento al proceso de paz en Colombia, (porque) sin duda alguna las FARC al desmovilizarse algunas personas se van a querer dedicar al narcotráfico», dijo Varela.
«A nosotros nos toca darle seguimiento a los grupos irregulares y bandas criminales que insistan en el narcotráfico para seguir blindando nuestro país», añadió el mandatario.
Según Varela, esta semana el general y director de la Policía de Colombia, Jorge Hernando Nieto, se reunió en Panamá con autoridades del país centroamericano para abordar distintos aspectos relacionados con la seguridad entre ambos países, especialmente en su zona fronteriza.
El gobierno de Colombia y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas) se encaminan a concluir con un conflicto armado que ha dejado más de 260.000 muertos en más de medio siglo.
Santos y el jefe máximo de las FARC, Timoleón Jiménez, «Timochenko», firmarán el 26 de septiembre el acuerdo de paz, que sellaron el 24 de agosto tras casi cuatro años de negociaciones en Cuba y que para ser efectivo deberá ser aprobado por los colombianos el 2 de octubre.
«Yo creo que la paz en Colombia es el paso correcto», pero «al final es la decisión de un país que vivió un conflicto y hay que respetarlo», dijo Varela.
Panamá y Colombia comparten una frontera de menos de 300 kilómetros, en la zona selvática del Darién.
Esa región, de más de 15.000 kilómetros cuadrados de selva, fue utilizada en ocasiones por las FARC para escapar del ejército colombiano.
Las autoridades panameñas temen ahora que con la desmovilización de miles de guerrilleros, algunos decidan dedicarse a distintas actividades ilícitas como el tráfico de drogas y de personas, entre otras acciones criminales que pudieran poner en riesgo la seguridad de Panamá.