Autoridades de Honduras informaron que el 80% de los crímenes realizados en el territorio son ordenados desde las cárceles por los líderes de pandillas.
Los servicios de inteligencia de Honduras afirmaron hoy que el 80% de los ataques y masacres perpetradas en el país son ordenadas por pandilleros que operan desde las cárceles.
Según los trabajos de investigación, el 80% de los atentados a las empresas privadas, a los vehículos particulares, buses de transporte urbano e interurbano, como también las diferentes muertes múltiples, todas han sido ordenadas desde los centros penales, indicó el comandante de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), coronel David Arriaga, en rueda de prensa.
Agregó que todas las matanzas y atentados son dirigidos por cabecillas de maras y pandillas que guardan prisión, quienes utilizan varias formas y mecanismos para ordenar la ejecución a través de familiares u otras personas que los visitan.
Destacó además que miembros de las pandillas también están involucrados en el delito de extorsión a pequeñas empresas y particulares.
Se ha interceptado a miembros de maras y pandillas tratando de extorsionar a pequeñas empresas y personas recibiendo instrucciones del interior de los centros penales, subrayó el comandante de la Fusina, quien compareció junto con el comandante de la Policía Militar, coronel Óscar Reyes, y el jefe de la Fuerza Nacional Antiextorsión, coronel Amílcar Hernández.
Las altas autoridades de los servicios de inteligencia señalaron que en muchas ocasiones las pandillas u organizaciones aprovechan que las leyes de Honduras impiden imputar a menores de edad para obligarlos a participar en actos violentos, vigilar o portar armas de fuego.
Según datos de las autoridades hondureñas, algunos reclusos dirigen desde las cárceles acciones como asesinatos, narcotráfico, extorsión y el asalto a bancos y otros negocios a través de llamadas y mensajes por teléfonos móviles.
Para frenar esos ilícitos, el gobierno ordenó en 2014 regular el uso de la telefonía celular desde las prisiones, en coordinación con las dos empresas que operan ese servicio a nivel nacional, pero la medida no ha funcionado porque los presos continúan delinquiendo.
En las 24 cárceles de Honduras residen más de 17.000 presos, cuando su capacidad máxima es de 8.000, y más del 50 % no han sido sentenciados, según diversas fuentes oficiales y organismos defensores de los derechos humanos.
El país vive una ola criminal que a diario deja un promedio de trece asesinatos, según autoridades locales, que atribuyen buena parte de los índices de criminalidad a grupos del narcotráfico y el crimen organizado.