Cinco pandilleros de la Mara Salvatrucha fueron condenados a penas de entre cinco y 34 años por el asesinato del agente de la Policía Nacional Civil, Salvador Elías Ramos Barahona, un hecho ocurrido el 31 de agosto de 2014 en Usulután.
El Tribunal Antimafia de Sentencia de San Miguel impuso la pena contra los mareros que acabaron con la vida del agente Ramos Barahona en la colonia Handall, en Puerto Parada, Usulután.
La fiscal asignada al proceso basó su acusación en los diversos tipos de prueba que fueron obtenidas en el desarrollo de las investigaciones.
De forma individual fue establecida la participación ilícita que cada imputado tuvo en este caso, dijo la fiscal.
De acuerdo con las investigaciones, los mareros planificaron la forma en que cometerían el crimen, ya que a su víctima le habían dado un minucioso seguimiento y según ellos debían asesinarlo.
La venganza era porque el agente había contribuido a la captura de otros delincuentes en la zona donde residía y en el cumplimiento a su plan delictivo, aseguró la Fiscalía, los pandilleros atacaron al policía en momentos que se transportaba en su motocicleta.
Por esos hechos fue sentenciado a 34 años de cárcel a José Luis Ponce, a 30 años a Adrián Pérez, igual pena para Óscar Rivas. Dos más fueron condenados a cinco años por agrupaciones ilícitas.
por otra parte, las autoridades informan sobre la desaparición de un joven que trabajaba repartiendo gas. Se trata del joven Edwin Alexander Castellano Murcia, de 26 años.
Un domingo se encontraba en casa y cerca de las 10:00 de la mañana recibió una llamada en la que le pedían el servicio, por lo que fue a dejar tres cilindros de gas y dijo que pronto regresaría. Las horas pasaron y ya no volvió.
Como no regresaba, fueron a buscarlo adonde trabajaba cerca de la plaza y allá le dijo el encargado que había entregado tres tambos de gas y que salió a dejar el cuarto pero ya no regresó.
Ante la angustia sus familiares fueron a la Delegación de Ciudad Delgado a preguntar por el joven pero no les dieron razón, de ahí a los hospitales Rosales y Zacamil pues temían que habría tenido un accidente en la Troncal del Norte, pero tampoco obtuvieron respuesta.
En dos años de dedicarse a repartir gas en Ciudad Delgado, Edwin Alexander nunca había tenido problema con nadie ni había sido amenazado, dijeron sus familiares.