Se dice que la Madre Teresa amaba a mendigos, prostitutas y niños de la calle sin distinción ni discriminación. Marcilio Andrino está convencido de que lo amaba y que intercedió ante Dios para que lo curara de una infección viral en el cerebro cuando los médicos le daban escasas posibilidades de vida.
La cura de Andrino, declarada milagro por el papa Francisco hace unos meses, fue el paso final necesario para la elevación a los altares de la Madre Teresa. El pontífice la canonizará el domingo en la Plaza de San Pedro como parte de su Año Santo de la Misericordia, dedicado a destacar ese aspecto de la Iglesia católica.
El ingeniero mecánico brasileño y su esposa Fernanda dijeron que el mensaje de la Madre Teresa, tras una vida dedicada a los «más pobres de los pobres» en la India, es que la misericordia de Dios es para todos.
«Fernanda y yo somos gente normal en el pueblo de Dios», dijo Andrino al margen de una reunión católica antes de la canonización. «Dios no eligió sobre quién derramar su misericordia, igual que la Madre Teresa, que se ocupaba de todos sin distinción».
Según el relato oficial, Andrino estaba en coma y agonizaba el 9 de diciembre de 2008 a raíz de una infección cerebral que había provocado múltiples abscesos y acumulación de líquido en el cerebro.
La operación estaba prevista para las 6.10 de la tarde, pero el anestesiólogo no pudo intubarlo. El cirujano, al arribar media hora después, «encontró al paciente inexplicablemente despierto y sin dolor», según el promotor de la causa de la Madre Teresa, reverendo Brian Kolodiejchuk.
«El paciente preguntó al médico, ‘¿qué estoy haciendo aquí?’ A la mañana siguiente… el paciente estaba totalmente consciente y sin jaqueca; estaba asintomático y con cognición normal», dijo Kolodiejchuk en un comunicado hace algunos meses.
Kolodiejchuk dijo que Fernanda había suplicado la intercesión de la Madre Teresa durante la media hora que debía durar la operación.
Andrino ha regresado a su trabajo y goza de buena salud. A pesar de que los análisis indicaban que había quedado estéril, desde entonces ha tenido dos hijos.
«Cada vez que veo a Marcilio y nuestros niños, me siento muy agradecida», dijo Fernanda. «Agradecida a Dios y la Madre Teresa«.