Luego de un récord de 6.500 migrantes rescatados el lunes por guardacostas italianos frente a las costas de Libia, se añadió este martes el salvamento de otras 3.000 personas en operaciones de la institución, según comunicado oficial.
Este flujo, relacionado con el clemente tiempo para la navegación que reina en la zona, no es excepcional ya que el número total de llegadas es similar al de los últimos años.
«Unos 3.000 migrantes fueron rescatados el martes en 30 operativos de rescate coordinados por los guardacostas», indicó en la noche un comunicado oficial.
Muchos barcos participaron en estas operaciones, entre ellos un remolque, precisaron los guardacostas.
Estas llegadas hacen temer una nueva oleada de afluencia récord en esta zona del Mediterráneo.
«Hoy hemos estado particularmente ocupados», había declarado el lunes por la noche a la AFP un portavoz de los guardacostas italianos.
Según él, las condiciones meteorológicas podrían propiciar una nueva afluencia, como ocurrió efectivamente este martes.
Las salidas de migrantes desde Libia se producen por oleadas, con una concentración de las operaciones cuando el mar está en calma y el viento del sur empuja las precarias embarcaciones hacia aguas internacionales.
El fenómeno se ha acentuado este año: los guardacostas superaron varias veces la barrera de 30 operaciones de rescate coordinadas en un solo día, mientras que antes nunca la habían rebasado.
Más de 13.000 personas fueron rescatadas en menos de una semana a finales de mayo, 8.300 en cinco días a principios de agosto.
El lunes, los buques de los guardacostas y de la marina italiana, de la operación europea antitraficantes Sophia, de la agencia europea Frontex, de la marina irlandesa y de las organizaciones humanitarias intervinieron para socorrer a los ocupantes de 40 embarcaciones precarias.
La organización catalana Proactiva Open Arms difundió en su cuenta de Twitter imágenes del rescate de un barco de pesca filmadas por un periodista a bordo del navío.
En ellas se ve a centenares de personas en pánico, muchas de las cuales se lanzan al agua tras recibir un chaleco salvavidas.
Vienen del oeste y del Cuerno de África
Médicos Sin Fronteras (MSF) anunció en su cuenta de Twitter que su buque humanitario Dignity había participado con Proactiva Open Arms en el rescate de cientos de migrantes a bordo de 15 barcas hinchables y un barco de pesca.
Entre ellos, se encontraban numerosos bebés y niños, incluido un bebé de cinco días enfermo, que tuvo que ser evacuado en helicóptero a un hospital italiano.
El domingo, más de 1.100 migrantes ya habían sido rescatados en la misma zona según el balance de los guardacostas, que coordinan desde Roma a todas las operaciones de salvamento al norte de las aguas territoriales libias.
En cambio, este agosto fue ligeramente más tranquilo que el de los años anteriores.
El último balance del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), del fin de semana, daba cuenta de unas 105.000 llegadas. Con las operaciones del domingo y del lunes, éste debería ascender a más de 112.500, frente a los 116.000 registrados en el mismo periodo del año pasado. A los que se agregan los 3.000 rescatados este martes.
Prácticamente la totalidad de los migrantes proceden del oeste de África y del Cuerno de África.
Una flotilla militar y humanitaria patrulla este año frente a las costas de Libia para rescatar a los migrantes, algunos de los cuales no sobreviven más de un día en el mar por la fuga de carburante, la hipotermia, la deshidratación o los naufragios.
Según el Acnur, al menos 3.100 migrantes murieron este año en el Mediterráneo tratando de llegar a Europa.
La situación es tensa en la zona, especialmente desde que otro buque de MSF, el Bourbon Argos, fuera blanco de disparos el 17 de agosto a 24 millas náuticas de las costas de Libia, donde el tráfico de migrantes se enmarca en una lucha de poder entre facciones y autoridades rivales.
Ningún migrante estaba a bordo en ese momento y el equipo se refugió en un lugar seguro tras haber detectado a un barco que se acercaba sin identificarse.
Los asaltantes, no identificados, subieron a bordo durante unos 50 minutos antes de irse sin causar daños ni llevarse nada.