El nuevo director general de campaña de Donald Trump hizo comentarios antisemitas hace casi una década, cuando él y su ex esposa se enfrentaron por el sitio al que enviarían a sus hijas a la escuela, según documentos judiciales revisados por The Associated Press.
En una declaración jurada después de su divorcio, la ex esposa de Stephen Bannon, Mary Louise Piccard, dijo que el ahora director de campaña de Trump se opuso a enviar a sus hijas gemelas a una academia de élite en Los Ángeles porque «no quería que las niñas fueran a la escuela con judíos«.
«Dijo que no le gustan los judíos y que no le gusta la forma en que crían a sus hijos, para que sean unos ‘mocosos llorones»’, dijo Piccard en una declaración judicial de 2007.
La revelación se supo un día después de que surgieron informes de cargos de violencia doméstica presentadas hace 20 años contra Bannon tras un altercado con Piccard cuando era su esposa.
Bannon, ex jefe de Breitbart News, tomó el mando de la campaña de Trump la semana pasada tras otra sacudida de liderazgo en el equipo del candidato presidencial republicano.
La campaña ha estado plagada de antecedentes negativos sobre sus miembros del personal, como los cargos presentados contra un jefe de campaña tras un altercado con un periodista, y dudas sobre los vínculos de otro jefe de campaña con intereses rusos.
La portavoz de Bannon, Alexandra Preate, negó la noche del viernes que él haya hecho comentarios antisemitas sobre la escuela privada. «Nunca dijo eso», dijo Preate, agregando que Bannon estaba orgulloso de enviar a sus hijas a la escuela.
Trump ya ha sido criticado por aludir a los estereotipos antisemitas, como cuando tuiteó una imagen contra Hillary Clinton que incluía una estrella de David encima de un montón de dinero.
También causó sorpresa cuando habló a la Coalición Republicana Judía y declaró: «Soy un negociador como ustedes fueron negociadores».
En los últimos días Clinton ha intentado recalcar la popularidad de Trump entre los grupos nacionalistas y de supremacistas blancos. Durante un discurso el jueves, Clinton vinculó a Trump con el movimiento «alt-right», que a menudo es asociado con los esfuerzos de la extrema derecha para preservar «la identidad blanca», oponerse a la multiculturalidad y defender los «valores occidentales».