Los gigantes de internet, en particular Google, Facebook y Twitter no hacen lo suficiente para impedir que los ciberyihadistas utilicen sus servicios con fines propagandísticos, afirmó una comisión del parlamento británico este jueves.
«La línea de frente moderna es internet«, escribió el diputado Keith Vaz, presidente de la comisión británica de Asuntos Internos, en un informe publicado el jueves. «Sus foros de discusión y redes sociales son la savia de Dáesh (acrónimo en árabe del grupo Estado Islámico) y de otros grupos terroristas en materia de reclutamiento, financiación y difusión de su ideología», continúa.
«Y es con total conocimiento de causa que las grandes empresas como Google, Facebook y Twitter se revelan incapaces de responder a esta amenaza», añadió, considerando que este «fracaso» convierte ciertas partes de internet en zonas sin ley.
En cuanto a los cientos de miles de cuentas suspendidas por Twitter y a los millones de vídeos suprimidos por Google (propietaria de YouTube), no representan más que «una gota de agua en el océano», afirma la comisión, apuntando como principal problema a la falta de recursos humanos: «Estas empresas tienen equipos de apenas varios centenares de empleados para vigilar las redes de miles de millones de cuentas».
Tanto Facebook como Google se han defendido asegurando que responden con rapidez a la aparición de cuentas que hacen apología del terrorismo, pese a lo cual, como señalaba Twitter a principios de año, «no existe un algoritmo mágico» para detectar contenidos terroristas.
La comisión del parlamento británico ha recomendado aumentar los medios de la policía antiterrorista encargada de la vigilancia de las redes, junto a otras propuestas más insólitas, como hacer un llamamiento a los creadores de videojuegos para contrarrestar la propaganda yihadista.