Las posiciones del Gobierno de México y del magisterio disidente continúan alejándose al suspender el presidente Enrique Peña Nieto el diálogo e insistir los maestros en su demanda de cancelación de la reforma educativa y anunciar nuevas medidas de presión.
Al inaugurar el ciclo escolar 2016-2017 para educación básica desde una escuela pública de Toluca, en el central Estado de México, Peña Nieto aseguró que ni la niñez ni la juventud del país «pueden ser rehenes» de ninguna causa o demanda.
«Primero educación y después diálogo», dijo a los miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), en paro desde mayo pasado, a la que pidió regresar a clases porque «el futuro de la niñez no es negociable».
Desde la escuela en la que cursó sexto de primaria, el mandatario mexicano hizo un «llamado respetuoso» a los maestros de la CNTE a que asistan a sus aulas y a que no hagan rehenes «a las niñas y niños de sus causas y de sus demandas; no lo merecen».
Recordó que el Gobierno ha abierto espacios de diálogo para atender distintas demandas y escuchar planteamientos sobre la reforma tanto de la CNTE como del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), del que la Coordinadora es una facción radical.
Dichos espacios no pueden estar «manipulados a partir de privar a las niñas y niños a la educación», y por eso «no habrá más diálogo» si no hay regreso a clases, advirtió.
En respuesta a las declaraciones del presidente, la sección 22 de la CNTE, correspondiente al estado sureño de Oaxaca, insistió en que sus miembros no regresarán a dar clases mientras la reforma educativa no sea cancelada.
«Ya no queremos que nos pregunten cuándo vamos a regresar a clases. La postura de la CNTE es clara: es continuar. La represión del Estado también es clara. Vamos a esperar esa represión», declaró Isabel García Velasco, integrante de la comisión política de la sección 22.
En declaraciones a la prensa después de un mitin en Oaxaca capital, García Velasco añadió: «Si Enrique Peña Nieto tiene la voluntad política que hoy nos llamen».
En un comunicado, la sección 22 reiteró hoy la decisión tomada en asamblea los últimos días de mantener cerradas las aulas hasta que se deje sin efecto la reforma educativa, que establece un sistema de evaluación continuo para el personal docente y elimina privilegios sindicales.
La agrupación acusó al Ejecutivo de administrar sus demandas, «aparentando, a través de una campaña mediática en complicidad con los medios de comunicación, que se sienta a dialogar» para ofrecer respuestas.