Un nuevo caso de feminicidio provocó en los Andes de Perú la ira de pobladores de un caserío que hicieron justicia por mano propia y lapidaron al asesino, publicó el miércoles la prensa local.
El caso se registró en la región Huancavelica, una de las más pobres de Perú, cuando el fin de semana medio centenar de enardecidos pobladores asesinó a pedradas al campesino David Vargas Areche tras descubrir que este había matado a su esposa Victoria Lázaro aplastándole la cabeza con dos piedras, informó el diario Correo Huncavelica.
La policía de la región difundió este miércoles en su página de Facebook las versiones de la prensa sobre los dos crímenes.
Agentes policiales y un juez acudieron al caserío de Chacapunco, donde ocurrieron los hechos, para recabar testimonios de lo ocurrido, pero se toparon con el hermetismo de los pobladores, publicó a su vez el diario La República.
Según familiares de la mujer asesinada citados por la prensa local, el marido solía agredirla por celos. A su turno, familiares del feminicida reclamaron a la policía dar con los culpables del linchamiento.
Esta suerte de versión andina de la ‘ley del talión’ ocurre cuando Perú prepara una marcha nacional contra la violencia a la mujer para el 13 de agosto, convocada por diversos grupos de la sociedad civil.
Los manifestantes condenan además la laxitud de las leyes peruanas, consideradas demasiado blandas cuando las mujeres son agredidas. Como ejemplo, recuerdan que la justicia liberó a un hombre que desfiguró y dejó a su pareja al borde de la muerte y a otro que, en un hotel, golpeó y arrastró de los cabellos a su acompañante.
En lo que va del año se han registrado más de 54 feminicidios en el país y 118 intentos, según cifras del ministerio de la Mujer.
A fines de 2011 Perú aprobó la ley que incluye el delito de feminicidio en el Código Penal y lo castiga con un mínimo de 15 años de cárcel. Pero se ha recurrido poco a ella debido al desconocimiento de los jueces de cómo aplicarla, dicen expertos.