La joven Stephanie Magón Ramírez trabajaba como promotora y estudiaba en un instituto de telecomunicaciones. Es la segunda modelo colombiana asesinada en suelo azteca en un año.
Un halo de misterio e incertidumbre, que no deja esclarecer el caso, se cierne sobre la muerte de la joven modelo colombiana Stephanie Magón Ramírez, quien fue encontrada con evidentes signos de tortura, totalmente desnuda y abandonada en una calle de Colonia Nápoles, en el centro de Ciudad de México.
Las autoridades policiales de la capital mexicana y un equipo de la Procuraduría indicaron que las primeras evidencias recabadas donde encontraron a Magón Ramírez han permitido establecer varias hipótesis, entre ellas, un posible femicidio por presentarse «indicios de violencia de género» en el hecho, aunque no se ha detallado con precisión.
La tarea investigativa se adelanta con la ubicación de los posibles asistentes a la reunión que organizó la modelo en un apartamento alquilado en Colonia Napolés, horas antes de ser encontrada muerta.
La Procuraduría informó que las autoridades policiales se involucraron en la investigación «a fin de recabar los videos y testimonios necesarios para avanzar en la investigación», indica la cadena Univisión.
Stephanie Magón Ramírez, de 23 años y oriunda de la ciudad colombiana de Cali, cursaba estudios en el Instituto Nacional de Telecomunicaciones (Instel) donde estaba próxima a graduarse. Según datos aportados por la institución y familiares, esta joven llegó a México en el mes de mayo a cumplir compromisos con una importante empresa de modelaje y publicidad.
Sus familiares le habían advertido sobre los peligros que podía correr en una ciudad extraña para ella y sobre la violencia en México.