Más de 4,000 migrantes y refugiados han perdido la vida en lo que va de año, lo que supone un aumento de 26% con relación al mismo periodo de 2015, anunció este martes la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Un total de 4,027 migrantes murieron cuando intentaban cruzar el Mediterráneo, pero también en las carreteras del norte de África y en la frontera entre Turquía y Siria, informa un comunicado de la agencia con sede en Ginebra.
De ellos, 3.120 personas fallecieron en el Mediterráneo entre el 1 de enero y el 31 de julio de este año, según la OIM.
La ruta marítima más peligrosa sigue siendo la travesía hacia Italia, que se cobró 2.692 vidas, muy por delante de los itinerarios hacia Grecia (383 muertos) y hacia España (45 muertos).
En cuanto a los desaparecidos en el Mediterráneo, la OIM ha aumentado este martes el balance tras el reciente hallazgo de 120 cuerpos en las playas de la ciudad libia de Sabrata. Ni esta organización ni los guardacostas libios han precisado si estas desapariciones se deben a uno o varios naufragios de embarcaciones de migrantes.
Según el portavoz de la OIM, Joel Millman, parecería que los pasajeros intentaban llegar a Italia.
Aparte del Mediterráneo, el norte de África ha sido este año la región más peligrosa, con 342 migrantes muertos.