Las fuerzas de seguridad afganas dieron muerte al máximo mando talibán en la provincia meridional afgana de Helmand y a 114 insurgentes durante los enfrentamientos que tienen lugar en esa zona desde el pasado viernes, informó hoy una fuente oficial.
El designado por los talibanes como gobernador en Helmand, el mulá Abdurahim, murió ayer en un bombardeo de un dron estadounidense en el distrito de Nad-Ali, donde se libran desde hace días fuertes combates, informó el Gobierno regional en un comunicado.
Según el documento, el mulá Abdurahim murió en compañía de uno de sus comandantes «mientras se encontraban muy ocupados preparando la estrategia militar para tomar el distrito de Nad-Ali», donde los talibanes aseguraron el domingo que controlaban varias zonas.
Además de los 114 talibanes muertos durante los últimos tres días en Helmand, otros 67 insurgentes resultaron heridos en los combates, de acuerdo con el Gobierno provincial.
Helmand, una de las provincias afganas más inestables, se encuentra bajo el acoso de una nueva ofensiva talibán desde hace semanas.
Hace dos semanas las fuerzas afganas repelieron con apoyo aéreo de Estados Unidos la ofensiva de los insurgentes para ocupar el distrito Sangin en esta provincia y el pasado domingo recuperaron el control del distrito de Khanshin, tomado por los talibanes.
En octubre, los talibanes capturaron temporalmente una zona de su capital, Lashkargah, en uno de sus logros militares más importantes de los últimos años.
Los talibanes controlan cuatro de los catorce distritos de la provincia y disputan otro más con el Gobierno.
Además, en al menos tres distritos más las fuerzas gubernamentales apenas controlan las zonas donde se encuentran los centros administrativos y públicos y sus alrededores, mientras el resto está en manos insurgentes.
Los talibanes han ganado terreno en varias zonas de Afganistán tras el fin de la misión de combate de la OTAN en 2014 y desde finales de 2015 controlan casi un tercio del territorio, según datos de Washington.