El papa Francisco exhortó el sábado a los clérigos a dejar sus zonas de confort, salir a las calles y atender a los necesitados en las periferias. El pontífice habló mientras oficiaba una misa en una iglesia polaca dedicada a San Juan Pablo II, el pontífice polaco cuya firme defensa de los derechos de los trabajadores en las décadas de 1970 y 1980 desafió a los entonces gobernantes comunistas de su nación.
Francisco dijo que Jesús quiere que la Iglesia sea «una iglesia en movimiento, una iglesia que va por el mundo«, al pronunciar la homilía en una nueva iglesia monumental dedicada a Juan Pablo II en las afueras de Cracovia.
Dijo que la llamada de Jesús a sus seguidores de esparcir sus creencias por el mundo es relevante en la actualidad para los hombres y las mujeres de la Iglesia.
«Esta llamada también está dirigida a nosotros ¿Cómo podemos dejar de escuchar su eco en el gran atractivo de San Juan Pablo II? ‘Abran las puertas»’, dijo Francisco a varias filas de sacerdotes y monjas con túnicas blancas sentados en las bancas del templo.
El papa participaba el sábado en actos religiosos en lugares relacionados con dos santos venerados en Polonia: el fallecido papa Juan Pablo II y Santa Faustina, una mística que fue una fuente de consuelo para el pontífice.
Francisco, que dedicó el día al tema de la misericordia, llegó pronto al imponente santuario de la Divina Misericordia en Lagiewniki, en el distrito de Cracovia.
Juan Pablo II consagró la nueva basílica en 2002, en su última visita a su tierra natal, cuando ya era un anciano frágil de 82 años. Entonces recalcó su apego especial a Santa Faustina, que fomentó la devoción a la Divina Misericordia con la narración de sus visiones de Jesús.
Monjas y sacerdotes cantaron y ondearon pequeñas banderas para recibir a Francisco a su llegada a la amplia iglesia. Después, el papa rezó ante la capilla dedicada a la santa, donde está enterrada.
Francisco se reunió con varios niños y enfermos que lo esperaban en el templo y los bendijo.
Después acudió al cercano santuario a San Juan Pablo II, también en el distrito de Lagiewniki. El lugar fue consagrado en 2013 y dedicado al pontífice fallecido, que sigue siendo un motivo de orgullo en Polonia. El recinto acoge las reliquias del pontífice polaco, aunque su cuerpo está enterrado en la Basílica de San Pedro en el Vaticano.
La cercanía entre los dos santuarios provocó algunas críticas inesperadas porque dividió a los asistentes entre los templos durante las ceremonias.
Francisco estaba en Polonia para participar en el Día Mundial de la Juventud, una celebración global de jóvenes católicos, durante su gira de cinco días.