En algunas regiones de Malaui, las personas recurren a La Hiena, un trabajador sexual solicitado por familias para que inicie sexualmente a la mujer que acaba de tener su primer período.
«La mayoría con las que he dormido son niñas que van a la escuela, de entre 12 y 13 años», asegura Eric Aniva, uno de los hombres dedicado a esta actividad, la cual forma parte de un ritual.
En algunas regiones aisladas del sur de Malaui, sureste de África, tienen una tradición siniestra con las menores. Lo llaman «limpieza» y consiste en que un trabajador sexual, conocido como «hiena», tenga relaciones durante 3 días con jóvenes a las que les ha venido la primer menstruación y así marcar el inicio de su etapa como mujeres.
Es un hábito arraigado a su cultura que se hace en nombre de la buena suerte. Tiene el objetivo de que la desdicha no caiga sobre la familia de la menor o del pueblo al que pertenece, ya que especulan que si no se produce esta «limpieza» corren el riesgo de padecer una enfermedad o una desgracia fatal.
Para explicar en que consiste este hábito, la BBC ha recogido la historia de una de las «hienas» de la región, Eric Aniva.
Tiene 40 años, 2 esposas, 5 hijos de los que tiene conocimiento y ha dormido con, al menos, 104 mujeres y niñas. Aunque, según reconoció en un periódico local en 2012, ya ha perdido la cuenta.
«La mayoría con las que he dormido son niñas que van a la escuela. Algunas tienen entre 12 y 13 años, pero las prefiero más mayores. Todas estas niñas encuentran placer en tenerme como su hiena. En realidad, sienten orgullo al decir a la gente que han estado con un hombre de verdad que sabe cómo complacer a una mujer», explica Aniva sobre su trabajo, por el que cobra entre 3,5 y 6,5 euros por cada servicio.
María, al igual que todas sus amigas, es una de las niñas que ha pasado por esta «limpieza» sexual, lo cual ha aceptado para proteger a su familia.»No hay nada que pudiese hacer. Tenía que hacerlo por el bien de mis padres. Si me hubiese negado, miembros de mi familia podrían contraer enfermedades o incluso podrían morir. Así que estaba asustada».