Dos personas han muerto por fiebre tifoidea en el Hospital Rosales, ubicado al norte de San Salvador, durante las últimas semanas en las que el mismo Ministerio de Salud ha alertado sobre un preocupante incremento en los casos atendidos por la enfermedad.
La fiebre tifoidea es provocada por la bacteria Salmonella typhi, que se adquiere vía oral cuando una persona consume al menos tres gramos de heces humanas contaminadas.
La enfermedad tiene distintas fases, desde la primera semana cuando la persona padece de fiebre alta por más de cinco días, dolor de cabeza, malestar general y problemas intestinales como diarrea o estreñimiento. Pero si el paciente no recibe atención médica de forma oportuna, la enfermedad puede provocar serias complicaciones como perforaciones en el intestino.
Vimos casos de pacientes ya perforados a nivel del intestino (…) Al Ministerio de Salud le hicimos la observación porque ya venían con complicaciones, expresó Mercedes Menjívar, jefa de Epidemiología del Rosales.
La médico señaló que el hospital, al ser de tercer nivel, no suele recibir muchos casos de fiebre tifoidea, solo los que ya están en estado crónico.
Hasta junio, el Rosales había recibido 15 pacientes por fiebre tifoidea, además de los dos que murieron.
En cambio, en todo el 2015 el hospital atendió a ocho personas y reportó un fallecido por la enfermedad. En 2014 hubo nueve pacientes ingresados por fiebre tifoidea y una muerte. Para 2013 los casos fueron 11 y no hubo ningún deceso.
En 2012 hubo 20 atenciones y cuatro fallecidos, los casos fueron recopilados durante todo el año.
Pero Menjívar señaló que lo que les llamó la atención no fue la cantidad de casos que recibieron en el lapso de pocas semanas, sino las manifestaciones que traían.
Los pacientes eran ingresados por fuertes dolores abdominales, que puede confundirse con apendicitis, y al hacerles cirugía o lavado peritoneal encontraban líquido fecaloide en su cavidad abdominal, lo que indica que hay una perforación en el intestino delgado. Eso nos llamó y nos dio la alerta de que esos casos se están complicando.
Tres pacientes llegaron con su intestino perforado y dos de ellos murieron.
Una de las víctimas fue una paciente de 19 años, que había consultado en una clínica privada y había sido tratada por colitis sin tener mejoría. La joven tenía dos semanas de haber iniciado los síntomas y por falleció al poco tiempo de haber ingresado al Rosales.
El otro fue un paciente privado de libertad, de 36 años, que habría reportado el dolor abdominal de forma tardía. En el hospital le hicieron un lavado peritoneal y le detectaron las secreciones fecaloides.
Cuando los médicos encuentran la perforación, el paciente es pasado a cirugía para que le corten la porción del intestino con el orificio y unan el resto. Es quitar el problema que se tiene ahí, no es nada sencillo porque la perforación implica que salen todas las heces y contamina toda la cavidad abdominal, señaló Menjívar. En ese caso el paciente se negó a ser operado, cuando lo llevaron de regreso al hospital falleció.
Menjívar dijo que, por casos como el de la joven, la fiebre tifoidea es conocida como la gran simuladora.
Pudo simular colitis, puede asemejar leptospirosis, hepatitis y otros procesos virales, comentó.