El presidente de Nicaragua, comandante Daniel Ortega Saavedra, celebró este martes 19 de julio, el 37 aniversario de la Revolución Popular Sandinista. Saludando al Cardenal de la Paz, Miguel Obando y Bravo, inició su discurso, reconociendo la compañía del arzobispo en su lucha, tiempos de cárcel y hoy en años de victoria.
«Su Eminencia Cardenal Miguel. Hace 37 años el Cardenal estaba acompañándonos, nos había acompañado en la lucha, nos había acompañado en la cárcel y nos estaba acompañando en la victoria, en la Plaza de la Revolución. Ahí estaba su Eminencia y hoy está aquí nuevamente con nosotros, cómo la mejor expresión de lo que es poner en práctica el principio de la reconciliación», señalaba al inicio de su discurso el Presidente de la República de Nicaragua, Daniel Ortega Saavedra.
Daniel recordó cómo fue el Cardenal Miguel Obando quien fue el que presidió la comisión nacional de la reconciliación en favor de la paz ante la guerra impuesta por el imperio yankee. También aprovechó Ortega para recordar al Reverendo Gustavo Parajón, quien ayudó en conseguir esa ansiada paz.
El presidente de Nicaragua aprovechó para contar anécdotas familiares que comparte con el Cardenal Miguel, las cuales van hace muchos años atrás y que desde entonces conoció el temple que tuvo y ha tenido Su Eminencia Reverendísima.
Luego el Comandante Daniel recordó también de la historia de Somoza, en el año 1967, sobre los yankees y europeos estando muy contentos con Somoza, para que este asesinara al pueblo nicaragüense, llevando un beneficio económico a favor de una minoría que era del grupo de este dictador.
«Cuando triunfó la Revolución, encontramos a Nicaragua con aproximadamente el 65% del analfabetismo. Ese es un ejemplo claro del modelo de hacer más ricos a los ricos y más pobres a los pobres, dejándonos en la ignorancia, porque el conocimiento es poder», señalaba Daniel sobre todas las injusticias vividas en Nicaragua durante la dictadura somocista.
«Acabar con el analfabetismo fue la consigna revolucionaria», hacía énfasis Ortega.
Luego continuó agradeciendo al Cardenal Miguel por todos los años que ha estado al lado de la lucha revolucionaria. Hizo lo mismo saludando a Nicolás Maduro, presidente de Venezuela; Salvador Sánchez, presidente de El Salvador y a Miguel Díaz-Canel, vicepresidente de Cuba, recordándoles que se viven nuevas batallas, que no son con armas, sino que son ideológicas y morales contra el imperialismo.
«Por eso aparecen tan empeñados, por eso el presidente Obama luce tan obsesionado pensando que con esa ofensiva contra Venezuela podrán obtener unos votos más», decía Ortega, asegurando que el pueblo venezolano tiene los recursos para resistir y vencer. «Y estamos seguros de esa victoria», recalcaba el presidente.
Daniel recordó luego a miembros de la Junta de Gobierno en los años 80, destacando los principios y concepciones que existían en esa época, hasta llegar a los años 90, que se sufrió una derrota electoral frente al imperio, donde el pueblo no pudo votar libremente, porque al pueblo le decían que si votaban por el FSLN se daría la guerra y la muerte.
«Una elección que no fue democrática porque el pueblo votó con el terror. Miles de nicaragüenses víctimas de la guerra impulsada por los yankees», decía Ortega.
«Al FSLN se entra por consciencia, por coraje, por patriotismo», destacaba Daniel, luego de indicar que varios miembros no se quisieron quedar y se fueron por otros rumbos, quienes ahora critican y buscan cómo congraciarse con el imperio, después que tenían los discursos más radicales y extremistas, pero ahora se les ve caminando de la mano de la derecha, haciendo campañas en contra.
Daniel Ortega luego pasó a destacar el acompañamiento de Rosario Murillo, pieza fundamental en todo el proceso de Revolución hasta la actualidad.
«Nos gustaría que el yankee sea respetuoso con los pueblos de Latinoamérica, que levante ya el bloqueo de Cuba. Mientras el yankee actúe a como lo ha hecho históricamente, el yankee se va a seguir jodiendo en América Latina y en el mundo», exclamaba Daniel para el aplauso de todas las personas presentes.
Ortega aprovechó el espacio también para recordar a los que se mantuvieron fieles y firmes en la lucha revolucionaria, como lo son Tomás Borge (q.e.p.d), Bayardo Arce y René Núñez Téllez, entre otros combatientes históricos.
«Y aquí estamos en este 37 aniversario, saludando a este pueblo valiente, heroico y glorioso. A esta juventud cada vez más formada, con más cultura, más ciencia y conocimiento, para que la juventud tenga más poder para defender las conquistas de la Revolución«, continuaba exclamando el presidente Daniel.
En temas globales, Ortega indicó que existen suficientes recursos para aniquilar la pobreza, el hambre e incluso el calentamiento global, pero siempre son los intereses de las grandes potencias lo que no permiten que hayan cambios reales en esta situación.
Sobre la inmigración en Europa, dijo que una solución sería ocupar parte del presupuesto de guerra que hay en esos países desarrollados, los cuales deberían enfocarse en verdaderos programas sociales.
Mencionó también sobre los distintos actos de violencia ocurridos en diferentes partes del mundo, esperando que el Siglo XXI sea uno que no marque la destrucción más evidente del planeta y de la humanidad, por posiciones socioeconómicas que no velan por nada más que intereses de minorías.
«¡Que viva la paz!. ¡Que Viva Nicaragua Bendita y Siempre Libre!», finalizó su discurso el presidente Daniel Ortega.