El activismo hispano que concurrirá a la convención republicana que se celebra esta semana en Cleveland aspira a que su partido finalmente logre unirse en torno a la candidatura de Donald Trump y que el empresario multimillonario aproveche la cita para congraciarse con los latinos después de comentarios suyos que muchos consideran ofensivos.
Activistas de estados que probablemente definirán la elección expresaron a The Associated Press optimismo sobre las posibilidades de que su partido conquiste la Casa Blanca por primera vez desde 2008 gracias a lo que describen como la experiencia empresarial de Trump para impulsar a la economía estadounidense y a la gran desconfianza que, según ellos, muchos votantes le tienen a la virtual abanderada demócrata Hillary Clinton.
La delegada por Texas Adriana Boyne, nacida hace 48 años en Puebla, admitió haberse ofendido cuando Trump tildó a los inmigrantes mexicanos de «criminales» y «violadores» en junio de 2015 pero, sin embargo, dijo estar dispuesta a apoyarlo porque «no es un político. No creo que fueron intencionales sus ofensas y está dispuesto a aprender».
La estratega en políticas públicas aseveró tener «el corazón abierto» para reconciliarse con Trump y por eso quisiera escuchar al precandidato ofreciendo una disculpa a los votantes hispanos.
«Me gustaría que fuera durante la convención, lo más pronto posible», indicó. «Algunos en el partido ven un punto débil si él quiere disculparse, pero un líder verdadero tiene la humildad de reconocer que falló en la retórica y al seguir malos consejos».
Zarquis García, quien por primera vez será delegado republicano por Nevada, también apoyará a Trump pese a que sus dos padres son mexicanos porque «no es una persona que está movida por la política sino por su deseo de sacar el país adelante. Hay que darle una oportunidad».
Al igual que Boyne, García piensa que Trump «tiene que platicarle a los latinos para remendar lo que ha hecho. Aún hay oportunidad de que hable y jale esos votos que pueda necesitar».
Paul Manafort, jefe de la campaña de Trump, rehusó responder directamente cuando en conferencia de prensa se le preguntó si el candidato planea ofrecer una disculpa.
Manafort relató que incidentes violentos obligaron a Trump a posponer recientemente dos eventos relacionados con la comunidad hispana.
«Programamos esos discursos para después de la convención. Manejaremos entonces esos temas», indicó durante la jornada inaugural de la convención republicana.
Helen Aguirre Ferré, directora de comunicaciones hispanas del partido republicano, precisó que uno de los eventos pospuestos estaba previsto en California y el otro en Miami, pero dijo desconocer si tendrán lugar en lugares distintos.
Aguirre señaló que el evento en Miami buscaba reunir a un grupo de hispanos procedentes de diversos países latinoamericanos para que le plantearan personalmente sus opiniones a Trump.
«Se iban a reunir con Trump no para oírlo, sino para que Trump los escuchara a ellos», dijo.
Pero aún si Trump no emite tal pronunciamiento, el empresario de la construcción de 48 años seguirá apoyándolo porque «hay que sacar el país adelante y Hillary no me atrae. No le creo».
«Los hispanos deben darle la oportunidad a Trump. Es un hombre de negocios y va a ver que en este país se necesita al hispano trabajador y dedicado a la familia», agregó.
El senador Ted Cruz, único hispano entre los 60 oradores que participarán en la convención republicana, es partidario de políticas migratorias restrictivas.
Roberto Izurieta, director de la cátedra latinoamericana de la escuela de postgrado de estudios políticos en la universidad George Washington, dijo a AP que ve poco probable unas disculpas de Trump, quien en cambio conservará, según el académico, sus posturas migratorias como elemento central de su campaña.
«En algún punto de su discurso podría dar un mensaje positivo para los hispanos, un afectuoso saludo y un pedido de respaldo porque son parte esencial de la nación», indicó. «Eso lo puede decir, sin contradecir su postura previa».
Izurieta estimó que aún tal pronunciamiento sería insuficiente para que Trump domine el voto latino, que en 2012 apoyó en 70% la reelección de Barack Obama.
«Su objetivo debe ser igualar el 27% de apoyo latino que obtuvo (el candidato republicano Mitt) Romney en 2012. Trump busca principalmente votos de obreros blancos», explicó.
Una encuesta Gallup difundida en marzo mostró que 77% de los hispanos tenía una opinión negativa de Trump y solo 12% lo veía con buenos ojos.
Los republicanos necesitarán movilizar a un electorado hispano contrariado no solo por sus comentarios sobre los mexicanos sino también por sus propuestas de construir un muro a lo largo de la frontera con México y crear una brigada dedicada específicamente para deportar a los 11 millones de inmigrantes no autorizados.
Trump además ofreció anular el alivio dispuesto por Obama para proteger de la deportación y conceder permisos temporales de trabajo a cinco millones de inmigrantes no autorizados y derogar el derecho automático a la nacionalidad estadounidense por nacimiento.
Marili Cancio, quien asistirá por segunda ocasión como delegada de Florida, asegura que habrá una gran sorpresa cuando «muchos hispanos voten por Trump. La economía y la seguridad nacional son las cosas más importantes para los hispanos, igual que para los otros estadounidenses».
«No creo que él sea racista o antiinmigrante. Es hijo de escocesa. Lo que él si quiere es proteger el país de la mejor forma posible», agregó la abogada descendiente de cubanos.
La convención republicana, del 18 al 21 de julio, y la demócrata la semana siguiente en Filadelfia designarán formalmente a sus respectivos candidatos marcando así el inicio de la recta final hacia las elecciones del 8 de noviembre.
Ambos partidos intensificarán sus esfuerzos por inscribir a nuevos votantes y animar a la mayor cantidad posible de votantes ya inscritos, incluyendo tres debates televisados entre los candidatos a presidente y otro entre los aspirantes a vicepresidente.