Decapitados, con las manos y pies atados, fueron hallados dos cuerpos en el cementerio clandestino de mareros de la aldea San José de la Sierra en Quimistán, municipio del departamento de Santa Bárbara en Honduras.
A eso de las 10:00 de la mañana, autoridades de Medicina Forense y Fiscalía del Ministerio Público (MP), así como de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), se hicieron presentes al sitio donde se encontraban varios cuerpos sepultados.
Los familiares de Franquil Josué García (19), José Marlon López Gámez (18) y Óscar Antonio Sarmiento (22), estaban desesperados desde muy temprano esperando la llegada de las autoridades, ya que desde hace varios días los andaban buscando.
Con ayuda de algunos parientes se comenzaron las exhumaciones en medio de una plantación de plátanos. El primero en ser exhumado fue José Marlon, pues sus parientes lo identificaron por parte de la vestimenta que portaba.
Poco tiempo después fue sacado de la fosa, Franquil Josué, reconocido por su padre porque tiene un sexto dedo en la mano izquierda.
Al momento que el cadáver estaba siendo desenterrado, el acongojado progenitor tomó las manos del muchacho, las cuales fue limpiando y contando sus dedos para verificar si tenía los seis dedos, pero una vez que lo pudo palpar exclamó él es, éste es mi hijo, en medio de las lágrimas.
Es doloroso; ayudé a sacarlo de donde estaba enterrado, pues quería confirmar que mi hijo se encontraba aquí y lo reconocí, porque tiene un dedo extra en la mano izquierda, dijo con la voz entrecortada, Óscar García, progenitor de Franquil Josué.
Añadió que sólo quería sacarlo para darle sepultura como se debe, pues lo anduvimos buscando en varios sitios y pese a que teníamos el presentimiento que no lo hallaríamos con bien, teníamos la esperanza de encontrar sus huesitos.
Los cuerpos estaban atados de manos y pies, en completo estado de descomposición. Los responsables de haberles quitado la vida, los decapitaron.
Hasta el momento se han hallado dos cuerpos que según el estado de putrefacción tenían de 12 a 15 días de haber sido ultimados, aunque las lesiones serán confirmadas mediante la autopsia correspondiente, manifestó la forense Dixiana Ferrufino.
Las excavaciones continuaron en busca del cadáver de Óscar Antonio y de un empleado de una distribuidora de pollo identificado como José Sabel Ávila Oliva (28).
Tenemos que seguir esperando y nuestra prioridad es hallar el cuerpo de mi nieto, porque tampoco lo vamos a dejar en cualquier sitio, como si no tuviera familia, expresó María Pilar Sarmiento, abuela de Óscar Antonio.