En una ceremonia para los policías asesinados, el presidente Barack Obama declaró el martes que una semana de violencia parece haber expuesto «las fallas más profundas de nuestra democracia». Pero insistió en que el país no está tan dividido como parece y exhortó a los estadounidenses a buscar puntos en común para apoyar la equidad racial y la justicia.
Obama reconoció que los estadounidenses están perturbados por otro tiroteo en sus calles y buscan respuestas a la violencia que ha generado protestas en las ciudades y ha puesto de relieve la persistente división racial del país.
Cinco policías de Dallas fueron muertos el jueves de la semana pasada mientras vigilaban una manifestación de cientos de personas que protestaban por las muertes de hombres de raza negra en Louisiana y Minnesota a manos de policías.
«Es difícil no pensar a veces que las cosas podrían empeorar», dijo Obama. «Debemos rechazar tal desesperanza».
Obama se sumó a políticos, policías y familias de las víctimas tras los homicidios perpetrados por un hombre afroestadounidense que dijo que quería vengar las muertes de hombres negros por la policía.
«El alma de nuestra ciudad ha sido taladrada», dijo el alcalde de Dallas Mike Rawlings al recibir a Obama para una ceremonia funeraria. El grupo se congregó para combatir «una enfermedad común» de violencia y para honrar a quien luchan contra ella, «nuestros hombres y mujeres de azul».