A solo 38 días del inicio de los Juegos Olímpicos de Río, la situación en la ciudad anfitriona solo va de mal en peor. Un trabajador en la playa descubrió el miércoles partes de un cuerpo humano mutilado varadas en la orilla, justo en frente de la Arena Olímpica del Voleibol en la famosa playa de Copacabana.
A pesar de que las circunstancias que rodean a la muerte de esa persona son desconocidas, el hallazgo representa otro embarazoso golpe para el país anfitrión, que ya sufre de problemas financieros, el brote del virus del Zika y una agitada situación política.
Río de Janeiro está en quiebra
Días antes del macabro hallazgo, el gobernador interino del estado de Río de Janeiro advirtió que los Juegos podrían ser un gran fracaso porque el estado no tiene presupuesto.
«Soy optimista acerca de los Juegos, pero tengo que mostrar la realidad. Podemos hacer unos grandes Juegos Olímpicos, pero si no se toman algunas medidas, pueden ser un gran fracaso», dijo Francisco Dornelles, al diario brasileño O Globo.
Algunos de los costos de los Juegos Olímpicos son financiados por la ciudad de Río de Janeiro, pero parte de la carga también recae sobre el gobierno del estado de Río de Janeiro.
El estado declaró una emergencia oficial y pidió un rescate federal a principios de este mes, pero no ha recibido el fondo aprobado. Dornelles advirtió de una interrupción de los servicios públicos esenciales y dijo que sin los fondos de emergencia, solo podrían cubrir los costos de la policía para el final de la semana.
«Bienvenido al infierno»
La frustración por el impago a los miembros de las fuerzas del orden desbordó en varias protestas. Hace dos días, manifestantes sostuvieron una pancarta en el aeropuerto en la que se podía leer: «Bienvenido al infierno. La policía y los bomberos no reciben su paga, quien venga a Río de Janeiro no estará a salvo».