Este descubrimiento realizado por un equipo de científicos de la NASA, es debido, al parecer, a los largos períodos de microgravedad a los que se ven sometidos los astronautas que viajan al espacio. Este cambio en la anatomía del corazón podría llevar a que los cosmonautas sufrieran de problemas cardíacos.
El estudio, que fue realizado a 12 astronautas para probar las implicaciones a nivel de salud del corazón de una futura misión tripulada a Marte, plantea que los vuelos espaciales por períodos largos de tiempo pueden afectar negativamente a la salud de los astronautas.
Los científicos tomaron imágenes del corazón de los astronautas participantes usando máquinas de ultrasonido instaladas en la Estación Espacial Internacional (ISS), que proporcionaron datos sobre la forma del corazón antes, durante y después del vuelo espacial. Los resultados mostraron que el corazón en el espacio se hace un 9,4% más esférico, tal y como habían predicho los investigadores con modelos matemáticos sofisticados desarrollados para el proyecto.
La validación de estos resultados, que se presentarán en la 63º Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología, en Washington (EEUU) indican, de cualquier forma, que la forma más esférica del corazón de los astronautas parece ser temporal, ya que al regresar a la Tierra el corazón vuelve a su estado alargado normal.
«Eso puede tener consecuencias graves al regresar a la Tierra, así que estamos investigando si se pueden tomar medidas para evitar o contrarrestar esa pérdida», afirma James Thomas, presidente de Imagen Cardiovascular y científico líder de Ultrasonido en la NASA.