El hombre que mató a tiros a 49 personas en una discoteca gay de Orlando llamó al 911 durante la masacre para decir que tenía un coche bomba fuera del club y amenazó con colocar explosivos a los rehenes que había tomado, de acuerdo a las transcripciones parciales de las conversaciones reveladas el lunes por el FBI.
Omar Mateen, de 29 años, hizo una pausa en medio del asedio de tres horas en Florida para llamar al servicio de emergencia tres veces y publicar mensajes en internet, en los que declaró su lealtad al grupo extremista Estado Islámico cuando estaba al interior de la discoteca gay Pulse.
«Ustedes van a tener que hacerlo y voy a detonar esto si tratan de hacer algo estúpido», dijo Mateen durante una de sus conversaciones con agentes del 911, de acuerdo a una de las transcripciones publicadas por el FBI.
Mateen afirmó a uno de los telefonistas que llevaba un chaleco con explosivos similar «al utilizado en Francia», en una aparente referencia a los atentados de París en noviembre pasado perpetrados por el Estado Islámico, según las transcripciones.
Algunas víctimas que lograron escapar del club dijeron a la policía después que el atacante había dicho que se dispondría a colocar chalecos con explosivos a los rehenes en 15 minutos, sostuvo el FBI en un comunicado.
No se encontraron coches bomba ni explosivos en las inmediaciones del club nocturno, ni tampoco en el auto de Mateen, dijeron las autoridades. El atacante se identificó como un «soldado islamista» y dijo al negociador que pidiera al gobierno de Estados Unidos que detenga sus operaciones militares en Siria e Irak.
«Cuando el negociador para casos de emergencias preguntó al atacante qué había hecho, él contestó: ‘No, ustedes ya saben lo que he hecho'», mostró la transcripción emitida por el FBI.
Las transcripciones no incluyen la declaración de lealtad que según funcionarios hizo Mateen al Estado Islámico. Las autoridades sostienen que la evidencia preliminar indica que el joven trabajaba como guardia de seguridad, estaba mentalmente perturbado y actuó solo y sin una instrucción directa de grupos militantes del exterior.