El Papa Francisco condenó el lunes el uso del hambre como una «herramienta de guerra» y lamentó el hecho de que fuera más fácil mover armas a través de las fronteras que la ayuda necesaria para mantener a los civiles con vida.
Duelo en Orlando tras masacre en club nocturno
Días después de que agencias de asistencia recibieron permiso para entregar alimentos en la asediada ciudad siria de Daraya por primera vez desde 2012, Francisco dijo que evitar que los suministros lleguen a zonas de guerra representaba una violación de la ley internacional.
En una visita a las oficinas centrales del Programa Mundial de Alimentos (PMA), el Papa dijo que el mundo enfrentaba una «extraña paradoja«.
«Mientras las ayudas y los planes de desarrollo se ven obstaculizados por intrincadas e incomprensibles decisiones políticas, por sesgadas visiones ideológicas o por infranqueables barreras aduaneras, las armas no», afirmó.
«En algunos casos la misma hambre se utiliza como arma de guerra«, dijo en un discurso al PMA, la agencia de Naciones Unidas con sede en Roma, que es la mayor proveedora de ayuda alimentaria en todo el mundo.
Las armas «circulan con una libertad perdonen el adjetivo jactanciosa y casi absoluta en tantas partes del mundo. Y de este modo, son las guerras las que se nutren y no las personas», dijo Francisco, quien ha condenado en muchas oportunidades la fabricación y el tráfico de armas.
En enero, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, acusó tanto al Gobierno sirio como a los rebeldes de utilizar el hambre como un arma, calificando esa práctica como un crimen de guerra.
El Papa de origen argentino dijo que el mundo rico estaba cada vez más insensible, «poco a poco, nos volvemos inmunes a las tragedias ajenas y las evaluamos como algo ‘natural'».