Bogotá, que es la cuarta ciudad más poblada de América Latina y el robo a residencias se convirtió en un flagelo que afecta, en su mayoría, a las clases media y alta.
El coronel Douglas Restrepo, jefe de la Sijin de la Policía Metropolitana, aseguró que se han reducido en un 7% en lo corrido de este año.
En la lista también entran la llamada millonaria, donde los asaltantes buscan extraer elementos de valor por medio del engaño y sin necesidad de utilizar la violencia, los falsos funcionarios y se caracteriza porque la persona que ingresa al hogar porta algún tipo de uniforme, carné y/o vehículos con placas falsas y la violación de cerraduras, donde mujeres bonitas aprovechan su condición física para distraer a porteros, explico el oficial.
Suba, Usaquén, Kennedy y Chapinero son las localidades en las que hay mayor número de denuncias de hurtos a residencias, según la Sijín. Y a pesar de que las cifras han disminuido entre enero y mayo hubo más de mil casos de robos a viviendas.
Los ladrones, como cualquier otro trabajador, tienen horario. Este año los robos han sido en su mayoría los días martes entre 10 a.m. y 9 p.m., cuando las personas dejan vacías sus residencias.
Uno de los aspectos más preocupantes en el hurto a viviendas es que el 40% de las residencias atracadas pertenecen al régimen de propiedad horizontal, es decir, tienen algún tipo de seguridad privada que las resguarda.