Una mujer que fue torturada y violada por policías en el noreste de México para que aceptara haber asesinado a su propio esposo fue liberada este martes «tras cuatro largos años de injusticia», informó Amnistía Internacional (AI).
Yecenia Armenta Graciano, madre de dos hijos, fue detenida el 10 de Julio de 2012 por la Policía Ministerial de Sinaloa, un estado con fuerte presencia del narcotráfico.
«Fue golpeada, casi asfixiada y violada durante 15 horas de tortura hasta que fue forzada a ‘confesar’ su participación en el asesinato de su esposo«, indica la ONG con sede en Londres a través de un comunicado.
«La increíble crueldad de la tortura que sufrió Yecenia es parte de las actividades diarias de las policías mexicanas, quienes rutinariamente presentan evidencias ilegales en investigaciones penales en todo el país», dijo por su parte Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de AI, citada en el parte.
Según la ONG, quienes maltrataron a Yecenia provienen de la misma institución que presentó la acusación en su contra, y los actos de tortura fueron fueron documentados por expertos nacionales e internacionales.
«El hecho de que ninguno de los torturadores de Yecenia hayan pisado la cárcel demuestra la falta de independencia de las autoridades en este caso. Los perpetradores de estos actos despreciables deben ser llevados ante la justicia y Yecenia debe recibir reparación por el daño», añadió Guevara Rosas.
Las fuerzas de seguridad de México han sido blanco de numerosas denuncias sobre violaciones a derechos humanos desde que el expresidente Felipe Calderón (2006-2012) desplegó un combate militarizado en las calles contra el narcotráfico.
Estas denuncias han seguido ocurriendo bajo el mandato de Peña Nieto, quien insiste en mantener el despliegue militar pese a que en 2014, la ONU denunció una situación «generalizada» de tortura por parte de militares y policías en un ambiente de «impunidad».
El lunes, la organización estadounidense Open Society Justice Initiative denunció que autoridades y criminales han cometido en la última década «crímenes de lesa humanidad» en México, como asesinatos, desapariciones y torturas.