La Organización Panamericana de la Salud (OPS) lanzó el 25 de mayo una alerta por brote de fiebre amarilla, debido a que se han detectado casos en Perú, Bolivia y Brasil.
Epidemiólogos de salud afirmaron a medio de comunicación nacional que es posible que ya se tengan algunos casos en el país, pues hay pacientes con síntomas similares a los del dengue, pero cuyas pruebas para las tres enfermedades dan resultado negativo.
El virus de la enfermedad, llamada así porque algunos pacientes en fase grave adquieren un color amarillento, es transmitido por los mosquitos Aedes aegipty y Aedes albopictus, ambos presentes en el país y causantes del dengue, chikungunya y zika.
El problema es que no hay pruebas para detectarlo, igual que pasó con el chikungunya, fue hasta que hubo presión mediática cuando se compraron las primeras pruebas, afirmó una de las fuentes.
Édgar Arana vocero del Ministerio de Salud, afirma que en el país no se ha presentado ningún caso de fiebre amarilla desde 1950 y que la alerta de la OPS nos indica que debemos mantener la vigilancia, y en eso trabajamos.
El funcionario indicó que, con el apoyo del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, (CDC, en ingles), se mantiene la vigilancia de todas las enfermedades que causa el mosquito y que esta entidad proporciona reactivos para las pruebas.
Zulma Calderón, supervisora de hospitales de la Procuraduría de los Derechos Humanos de Guatemala, aseveró que en el Laboratorio Nacional de Salud no se hacen pruebas de este tipo y que no tienen reactivos para la fiebre amarilla.
Los epidemiólogos refirieron que esta enfermedad puede prevenirse con una vacuna, pero en Guatemala solo está disponible en el sector privado.
Dicha vacuna hace inmune a la persona aproximadamente por 10 años.