A pesar del optimismo que intenta vender el Gobierno de Panamá, los últimos acontecimientos lanzan luces de advertencia sobre un posible tsunami o tornado financiero en el país.
Solo lo sucedido con el Grupo de Abdul Waked representa un golpe de $500 millones para 13 bancos y proveedores, sin contar las operaciones de Nidal Waked que pueden ascender a $200 millones. Además, las medidas norteamericanas afectaron al Balboa Bank que mantenía activos por $567 millones.
Con los llamados #MossackFonsecaPapers las compañías, la mayoría extranjeras, sufrieron pérdidas estimadas en $20 mil millones, pero a Panamá el daño fue reputacional.
El economista Rubiel Cajar destaca que las infraestructuras que han sido la base para que se catalogue a Panamá como paraíso fiscal y que la OCDE tiene en la mira son: las sociedades anónimas (offshore), el registro de barcos y el sistema financiero, amplia cadena de casinos y la Zona Libre de Colón, representan $10,000 millones al año, es decir una quinta parte del producto interno bruto.
Respecto a Abdul Waked, aunque dice que quiere pagar a los bancos, los cargos de lavado y la inclusión de sus compañías en la Lista Clinton, lo han matado económicamente. ¡Yo ya me arruiné me metieron cinco tiros en la frente! reconoció el empresario libanés.
Lo cierto es que si Waked lavaba dinero desde hace 10 años como alega la Embajada de EE.UU., surge una interrogante sobre las medidas de verificación que hacían los bancos.
Un conocedor en materia de quiebras recordó que el golpe de Adelag fueron $120 millones a 23 bancos que no recuperaron gran cosa. Con Fotokina 15 bancos fueron afectados con $50 millones. ¡Jamás hubo algo como lo de Waked. Esto trasciende a Panamá y es probable que se apliquen restricciones al crédito!, exclamó asustado el especialista.
De los más de 3,000 empleados del Grupo Waked se estima que serán liquidados 1,500. Los pagos a los trabajadores se harían con los fondos que genera la venta de la operación de los duty free del aeropuerto de Tocumen, que logra ingresos anuales en $100 millones.
En Colón serán afectados 350 empleados del Grupo Wisa y 150 de Vida Panamá. Las acciones de personal pueden alcanzar a las casi 70 tiendas La Riviera, Hometeck y las tiendas de lujo en los centros comerciales.
El viernes acudí a Multi Plaza y pasé frente a las tiendas de La Riviera. No había compradores; conversé algo con un empleado que aún confía como todos los católicos- en que Dios los ayudará.
Luego pasé a Félix B. Maduro. Compré dos camisas y al momento de pagar se me olvidó que no traía efectivo; no aceptamos tampoco Clave me advirtió la cajera. Salí al área de los cajeros y en el trayecto visité otras tiendas para ver si había camisas iguales y no las encontré; solo por eso regresé a Félix. Resulta incómodo para el comprador esa restricción y peor para el negocio que pierde ventas.
A pesar de que Waked alega que no sabía de investigaciones en su contra, lo cierto es que estuvo en los radares en casos de 1987, 1990 y 2006, según reveló una fuente confiable.
Hay otra teoría de la conspiración que indica que el Gobierno sí sabía de la investigación contra Waked y se aprovechó la coyuntura para quebrarlos y luego que allegados a su círculo puedan comprarles los negocios a precio de bicoca y eliminarlos de la competencia de los duty free y del futuro Colón Puerto Libre.
Aparte de eso, por los lados del Gobierno las cosas no despegan para tratar de minimizar el impacto de los casos de Waked y los #PanamaPapers. Solo en tres proyectos: Ciudad Hospitalaria, Centro de Convenciones de Amador y la ampliación de Tocumen, hay paralizadas inversiones por $1,500 millones.
A pesar de todo, el Gobierno pregona que las cosas están bien. Esta semana el Ministerio de Economía informó que de los activos líquidos de los bancos tenían hasta el 20 de mayo saldos brutos por $13,398.3 millones. No sé si hubo un error en la cifra, pero las estadísticas de la Superintendencia de Bancos señalan que a febrero del 2016 los activos líquidos eran de $19,064 millones. La liquidez de los bancos es excelente, afirman las autoridades.
En tanto, un estudio del economista Rubiel Cajar destaca que el modelo de paraíso fiscal de Panamá está agotado y el país debe entender eso.
El centro financiero panameño al 1 de enero del 2016 cuenta con 93 bancos y activos que alcanzan los $118,000 millones. Los activos en manos extranjeras representan el 46% del total, es decir, unos $54,000 millones. Unos 15 bancos de licencia general controlan cerca del 80% de los activos del Sistema Bancario Nacional (SBN).
El banco con el mayor saldo de activos es Banco General (BG), con un total de $11,420 millones, le siguen el Banco Nacional de Panamá (BNP) con $8,372 millones, y Banistmo con $8,208 millones, señala el economista.
Cajar destaca que el escándalo de Panamá Papers reveló en toda su crudeza que Panamá fue usado durante muchas décadas para facilitar operaciones dirigidas a encubrir la evasión de impuestos, el lavado de dinero, el tráfico de armas y otros ilícitos.
Es innegable que Panamá es un enorme y sofisticado centro financiero offshore, cuyas firmas ayudan a administrar, de un modo u otro, fortunas multimillonarias de todos los rincones del planeta, añadió el también consultor independiente.