Más de 2.500 migrantes murieron en el intento de llegar a la Unión Europea por el Mediterráneo en lo que va de año, de las cuales 880 la semana pasada, lamentó el martes la ONU, que calcula que otros 204.000 llegaron al territorio europeo.
«2016 está siendo particularmente letal. Se han perdido cerca de 2.510 vidas» en los cinco primeros meses del año, contra 1.855 en el mismo periodo de 2015, declaró el portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), William Spindler, en una conferencia de prensa en Ginebra.
En total, 880 emigrantes y refugiados perdieron la vida la semana pasada, después de que varios barcos naufragaran en el intento de llegar a Italia.
Desde el inicio del año, cerca de 204.000 emigrantes y refugiados consiguieron llegar a la Unión Europea.
Tres de cada cuatro, principalmente sirios y afganos, entraron en Grecia antes del 31 de marzo.
Desde entonces, las llegadas a Grecia se redujeron drásticamente. Bruselas y Ankara acordaron que cualquier migrante que pisara Grecia después del 20 de marzo sin permiso de asilo sería reenviado a Turquía.
En lo que concierne a la circulación hacia Italia, 46.714 migrantes y refugiados fueron registrados, aproximadamente la misma cifra que en 2015, según ACNUR.
De esta manera, el flujo que llega desde Libia se mantiene más o menos constante desde el año pasado. Casi la totalidad de los migrantes llegados a Italia proceden de África subsahariana.
La ruta entre África del Norte e Italia es la que se ha cobrado más vidas, reveló Spindler. «2.119 de las muertes registradas hasta el momento en 2016 fueron en este viaje», explicó.