Griselda Maritza Guzmán, de 20 años, es una joven a quien familiares mantienen encadenada desde hace aproximadamente un año, en una vivienda en Nuevo San Carlos, Retalhuleu, sur occidente de Guatemala.
Familiares de la joven encadenada aseguran que padece de problemas mentales, luego de que un espíritu maligno se apoderó de ella.
Familiares de la joven aseguran que Guzmán, quien cursaba segundo año cuando empezó con el problema, asistía a una iglesia evangélica, pero luego de una actividad religiosa notaron un cambio radical en su comportamiento.
Victoria Ralda Ramírez, madre de la joven, dijo que en una ocasión Guzmán buscó un machete y atacó a sus familiares, pero con ayuda de vecinos lograron controlarla, por lo que luego la amarraron a un poste para evitar que hiriera a alguna persona.
Añadió que desde entonces mantienen a su hija encadenada de pies y manos, porque no ha vuelto a actuar con normalidad.
Ella era una buena estudiante, soñaba con ser abogada y ayudar a la familia. Me decía que quería seguir estudiando para darme una vida mejor, pero yo le decía que no teníamos dinero para pagar sus estudios, aunque con la ayuda de Dios lo podríamos hacer, aseguró Ralda.
Vecinos nos dicen que tal vez el novio le dio algo de tomar y por eso se quedó así, pero nunca supimos si ella tenía a alguien que la pretendía, añadió la madre de la joven.
María Guzmán, otra hija de Ralda, dijo que su hermana actúa violenta cuando le quitan las cadenas; además, grita palabras que no se entienden. Aseguró que también busca algún tipo de arma para atacar a sus familiares.
Valentín Yac, vecino de la familia, indicó que a pesar de que han orado para que la joven se recupere, no han obtenido resultados positivos.
Amado García, auxiliar de la Procuraduría de Derechos Humanos, indicó que investigarán el caso, ya que es ilegal que la joven permanezca encadenada. Dijo que visitarán el lugar para entrevistar a los familiares.