Las cenizas del Nobel de Literatura Gabriel García Márquez reposan oficialmente en el Claustro de la Merced, ubicado en el centro histórico del puerto colombiano de Cartagena de Indias, donde se forjó como periodista y escritor.
A las 5:00 de la tarde hora local y con la asistencia de más de 400 personas, entre ellas familiares y amigos, se develó el busto que contiene las cenizas del quien es considerado el más grande escritor de lengua hispana de todos los tiempos después de Miguel de Cervantes Saavedra.
Según informó la Universidad de Cartagena, en días previos a la inauguración se realizó una ceremonia privada en la que a petición de la familia se dispusieron las cenizas de García Márquez, así como un busto esculpido por la artista británica Katie Murray. Estuvieron presentes su esposa Mercedes y sus dos hijos, Gonzalo y Rodrigo. Directivos de la universidad acompañaron a la familia.
«No hemos venido a despedirlo, no es un homenaje a la muerte, es un homenaje a la vida», indicó Juan Gossain, periodista y amigo de la familia del Nobel.
García Márquez, o «Gabo», como le decían sus amigos, murió en Ciudad de México el 17 de abril de 2014.
Jaime García, hermano del escritor, asistió a la ceremonia en compañía de sus hermanas Ayda y Margarita. Dijo a The Associated Press que la ceremonia tenía varios significados, pues «son todas las alegrías envueltas con todas las tristezas, esa es la vida y no hay más remedio, toca aceptar la muerte».
En un momento emotivo, el nieto del Nobel, Mateo García, leyó parte del libro «Vivir para contarla» una vez develado el busto.
La ceremonia culminó con una lluvia de mariposas amarillas y contó con la música del cantante y compositor Adolfo Pacheco, que le dedicó a la esposa del escritor un vallenato que se titula «Mercedes» y en que recuerda las fiestas que hacían con la familia.
El que la familia García Barcha haya escogido a Cartagena de Indias como el lugar para que reposen las cenizas del autor de «Cien años de soledad» no es gratuito: aquí se forjó como periodista y como escritor. En 1948 se vinculó al periódico de la ciudad, El Universal, y también sobre esta ciudad escribió una de sus obras inmortales: «El amor en los tiempos del cólera».
García Márquez nació en 1927 en el remoto pueblo de Aracataca, que aparentemente inspiró al escritor para crear en su «Cien años de soledad» el pueblo de Macondo, donde transcurrió la vida y la saga de la familia Buendía.
Cartagena de Indias siempre representó mucho en la vida de García Márquez, entre otras cosas «porque fue su lugar ideal de residencia en Colombia», dijo recientemente a la AP uno de sus mejores amigos, el también escritor y periodista Plinio Apuleyo Mendoza.
La vida del Nobel de Literatura de 1982, agregó Mendoza, transcurrió en el ambiente Caribe «y Cartagena es el centro de esa región enorme del país, tan ligada a su vida, a su experiencia y a su obra».
Para Gustavo Tatis, editor de la sección cultural de El Universal, el hecho de que las cenizas de García Márquez reposen desde el domingo en Cartagena de Indias «tiene varios significados trascendentales» porque convertirá a la ciudad «en un epicentro de peregrinación mundial».
García Márquez, dijo, «nunca abandonó Cartagena hasta el día de su muerte». Además, agregó, «aquí comenzó su vida periodística y aquí conoció al hombre que lo inició en el periodismo, Clemente Manuel Zabala, y a dos de sus mejores amigos: Héctor Rojas Erazo y Manuel Zapata Olivella».
A finales de la década de 1940, García Márquez se trasladó a Bogotá para continuar con su carrera periodística y se instaló en el diario El Espectador, donde fue recibido por el hombre que lo hizo todo un periodista, el fallecido maestro José Salgar.
«Gabo llegó a aprender periodismo conmigo porque decía que la literatura no daba nada de plata y que el periodismo al menos le daba un puesto permanente», recordó Salgar en entrevista con la AP en noviembre de 2012.
Jorge Sandoval, el arquitecto del busto, explicó que su trabajo es un «aljibe, es una especie de pileta, un recetario donde se guardaba el agua». El aljibe tiene 400 años y a él le dieron el visto bueno los García Barcha.
En concepto de Edgar Parra Chacón, rector de la Universidad de Cartagena, las cenizas de García Márquez tenían obligatoriamente que reposar en ese lugar porque «allí (García Márquez) empezó a estudiar Derecho, la carrera que tenía su padre destinada para él. Hizo pocos semestres y la materia que más trabajo le costó fue derecho romano».
En diciembre de 1982, García Márquez recibió de manos del rey Carlos Gustavo XVI de Suecia el premio Nobel de Literatura. Dos meses antes se había hecho el anuncio del preciado galardón. Entonces Colombia se convirtió en una fiesta y empezaron a prepararse todos los detalles de lo que se haría en Estocolmo. Lo primero que advirtió el escritor es que no se pondría corbata sino un liqui liqui, un traje de los llanos orientales de Venezuela.
También se preparó toda la música que sonaría en la capital sueca. Gloria Triana fue la encargada de coordinar la delegación de músicos y danzantes.
«Yo voy el domingo (a la ceremonia de las cenizas de García Márquez). Soy una privilegiada porque Mercedes (Barcha) me puso en su lista de invitados».
La última vez que García Márquez y José Salgar hablaron fue cuando el Nobel llamó por teléfono a su maestro del periodismo a felicitarlo por sus 90 años.
«Esa conversación fue muy cálida (y ambos concluimos) que no había pasado nada en 60 años», sentenció Salgar.